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Najarro quiere deslumbrar con el "brillo" de los "flamencorros" del Ballet Nacional de España

EFE

Los 40 "flamencorros" del Ballet Nacional de España (BNE) han asumido el "enérgico" mandato de su nuevo director artístico, Antonio Najarro, y se han implicado "al máximo" en una temporada que empezará en marzo y con la que quieren deslumbrar al mundo merced al "brillo" de su repertorio "único".

Najarro (Madrid, 1975) se ha presentado hoy oficialmente como nuevo director artístico del BNE, que hasta este verano dirigió José Antonio Ruiz, y lo ha hecho con una propuesta que, asegura, ha entusiasmado a sus bailarines, que comparten nave en el paseo de la Chopera con la Compañía Nacional de Danza (CND).

"Estoy entusiasmado con tener de colega a José Carlos Martínez -nuevo director de la CND- y tenerlos al otro lado del pasillo. Me gustaría que la puerta estuviera abierta siempre y que fluyera la energía entre los bailarines clásicos y contemporáneos y los 'flamencorros' del BNE", ha bromeado.

La plantilla está, ha desvelado Najarro, "sudando sangre", implicada completamente en un esquema de trabajo "dinámico, activo, joven y moderna", y "satisfecha" con una dirección "tan enérgica y personal".

Su propósito con estos "modos", que ya ha plasmado en una reciente sesión fotográfica con todos ellos, es "conseguir una imagen muy vanguardista con muchas referencias a la tradición".

A pesar de que sólo lleva dos semanas en el puesto, ya tiene diseñado es el contenido de la próxima temporada, que se iniciará en marzo, tras una gira por Asia concebida por su antecesor, que arrancará en China el 23 de septiembre y continuará por Corea, Singapur y Tailandia para llegar a Rusia a final de año.

El "resplandor" de la nueva etapa del BNE se podrá ver a partir del 22 de marzo en el Teatro de la Zarzuela, con el estreno absoluto de "Ángeles caídos", una idea original de Hansel Cereza en la que participan jóvenes coreógrafos y solistas invitados.

Javier Latorre, Rafael Carrasco, Rubén Olmo, Olga Pericet, Manuel Liñán y Rocío Molina han preparado piezas "de mucha sensibilidad, vanguardistas y de riesgo" con el "denominador común" de la lucha entre el bien y el mal, lo celestial y lo terrenal, al ritmo de la música de Salvador Niebla y los arreglos de Joan Albert Amargós.

La segunda parte del programa será una versión reducida de la pieza de Najarro "Suite Sevilla", con música de Rafael Riqueni y la colaboración del bailarín Francisco Velasco, que sustituye al ahora director del BNE como protagonista ya que él ha decidido ser "motor energético" y no artista, al menos hasta que todo "engrane bien".

La otra "pata" de la temporada, la del "rescate" del repertorio, se estrenará a finales de octubre, un espectáculo en el que se recuperará el "Paso a Cuatro", de Antonio Ruiz, una pieza maestra de la Escuela Bolera, y dos jotas de Pedro Azorín, que saldrán de la "oscuridad" gracias a la colaboración de su hija Pilar.

"Hay un vacío en la enseñanza y estilo del folclore escénico, por eso Pilar vendrá al BNE a enseñarlo y transmitirlo y lo hará el tiempo que sea preciso para que la jota se represente como tiene que ser".

"Espero que en este primer año -ha deseado- el público descubra el brillo del BNE".

Najarro, que ha estado nueve años al frente de su propia compañía, tiene pensado hacer audiciones en junio porque los contratos de los actuales bailarines -12 del cuerpo de baile masculino, 12 del femenino, 8 solistas, 6 primeros bailarines y 2 principales- son bianuales y terminan en 2012.

Ha decidido no continuar con el Taller del BNE, en el que trabajaban 16 jóvenes, porque no ve viable mantenerlo sin tener actuaciones para ellos.

"Prefiero concentrarme en el BNE, como compañía única en estilo en el mundo", ha justificado.

A Najarro no le interesa mirar "debajo de las alfombras" heredadas sino poner su foco en el futuro, "presentar la danza española con dignidad, que se conozca no solo por sus figuras. No tengo tiempo para pensar en política", ha zanjado el artista.

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