Este artículo se publicó hace 14 años.
La natación infantil puede provocar infección pulmonar y asma
Por Amy Norton
Los niños que empiezan anadar antes de los 2 años tendrían riesgo de desarrollar unainfección pulmonar frecuente y hasta asma y alergiasrespiratorias a futuro, según un nuevo estudio.
Los datos, publicados en European Respiratory Journal, sesuman a la evidencia de que la exposición al agua en piscinascon cloro afecta la salud respiratoria infantil, en especial siexisten antecedentes familiares de asma o alergiasrespiratorias, como la rinitis alérgica estacional.
Los expertos siempre sospecharon de la calidad del agua enlas piscinas, en especial las cubiertas. Cuando el cloro paradesinfectar el agua se combina con el sudor, la saliva o laorina, se forman sustancias irritantes que, en el tiempo,pueden lesionar las vías aéreas.
Ahora, un equipo de investigadores en Bélgica halló que lanatación infantil, en piscinas cubiertas o al aire libre, estáasociada con un aumento del riesgo de desarrollarbronquiolitis.
Esta enfermedad es una infección de las vías aéreaspequeñas de los pulmones generalmente causada por el virussincicial respiratorio, frecuente en los bebés.
En el estudio, los nadadores pequeños con esa infeccióntenían también alto riesgo de desarrollar asma o alergiasrespiratorias jardín de infantes.
"Eso sugiere que concurrir a piscinas con cloro puedeaumentar el riesgo de desarrollar asma y alergias respiratoriasal potenciar la sensibilidad de las vías aéreas no sólo a losalergenos, sino también a los agentes infecciosos", dijo eldoctor Alfred Bernard, de la Universidad Católica de Louvain,en Bruselas.
Sin embargo, el especialista no aconsejó que los padres nolleven a sus hijos a las piscinas, porque es una forma"placentera" de que los niños hagan actividad física.
"Pero (...) no deberían olvidar que los desinfectantes decloro y sus derivados son irritantes poderosos para la piel ylas vías aéreas", agregó Bernard.
Por eso, sugirió a los padres no usar cloro en exceso enlas piscinas del hogar y evitar las piscinas públicas.
El equipo de Bernard evaluó 430 niños pequeños en Bélgica yentrevistó a sus padres para averiguar los antecedentesclínicos de sus hijos, si nadaban y otros factores.
Los autores hallaron que el 36 por ciento de los niñosexpuestos a piscinas al aire libre o cubiertas antes de los 2años ya habían tenido bronquiolitis, a diferencia del 24 porciento del resto de los niños.
En los niños que sólo habían usado piscinas cubiertas másde 20 horas antes de los 2 años, el riesgo de sufrirbronquiolitis era 3,5 veces mayor que en los que nunca habíanestado en una piscina con cloro a esa edad.
En tanto, los niños que habían pasado ese tiempo en unapiscina al aire libre tenían el doble de riesgo de tener unainfección pulmonar.
No hubo diferencias significativas en las tasas de asma yalergias entre los bebés nadadores y no nadadores. Pero alanalizar exclusivamente al grupo que había tenidobronquiolitis, el equipo vio que sólo los nadadores tenían másriesgo de desarrollar asma y alergias respiratorias.
El 15 por ciento de los bebés nadadores que había tenido lainfección, más tarde desarrolló asma. Eso, a diferencia del 4por ciento de los nadadores que no la habían sufrido. Losmismos números se registraron para la rinitis alérgicaestacional.
Es "muy probable" que la irritación de las vías aéreas queproducen los derivados del cloro aumente la vulnerabilidad delos bebés a la bronquiolitis. Por lo tanto, la infección y laexposición crónica al cloro "interactuarían" para elevar elriesgo infantil de desarrollar asma y alergias a futuro.
FUENTE: European Respiratory Journal, online 14 de enerodel 2010.
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