Este artículo se publicó hace 13 años.
La navegación moderna, un poco más cerca
Piratas y mercaderes en América
El 11 de septiembre de 2001, el mundo se levantó azotado por el primer ataque con víctimas mortales sufrido por EEUU en su territorio continental. Como consecuencia directa de ese ataque, el World Trade Center quedó reducido a ruinas en lo que se ha denominado como Zona Cero. Desde entonces el proceso de reconstrucción se ha visto ralentizado por las disputas económicas y políticas, por lo que hasta ahora, tan sólo uno de los siete edificios proyectados está en construcción.
Durante los procesos de limpieza y cimentación de la zona que se prolongan desde entonces, los trabajadores se toparon con una sorpresa que casi nadie esperaba. Hace justo un año, el equipo liderado por el arqueólogo Michael Pappalardo encontró en la Zona Cero los restos de un barco de transporte del siglo XVIII. El trabajo de las investigaciones concluyó la primera semana del presente agosto, confirmando que se trata de los vestigios arqueólogicos más importantes descubiertos en Nueva York desde 1982.
La embarcación, de unos diez metros de eslora, tenía una función eminentemente comercial y recorría el río Hudson. Según los propios documentos conservados, en los alrededores del lugar donde se ha encontrado la nave las autoridades de la ciudad construyeron un embarcadero, por lo que incluso se podría llegar a conocer el nombre. Además de los propios fragmentos del barco, se ha encontrado el ancla, de 50 kilos de peso y restos de calzado.
El hallazgo de dos embarcaciones en Panamá y Nueva York permite a los expertos conocer mejor la navegación durante la Edad Moderna
El trabajo de los arqueólogos estuvo supeditado a las propias condiciones del buque. Oculto más de doscientos años bajo el barro, se había conservado en muy buenas condiciones, pero la exposición a la luz y el aire tienen un efecto fatal sobre la madera.
El conocimiento de la navegación durante la Edad Moderna en América también vivió otro hito durante los últimos 12 meses. Hace tan sólo unas semanas, un grupo de arqueólogos descubrió frente a las costas de Panamá el buque insignia del corsario Henry Morgan, filibustero que azoró a las embarcaciones españolas en su trayecto entre España y América.
El equipo de la Universidad Nacional de Texas se encuentra en la primera fase de excavación del velero. Durante las labores previas de prospección, los arqueólogos submarinos han localizado recipientes de carga cerrados, cofres y otros artículos importantes. Unos meses antes y por casualidad, expertos de la National Oceanic Atmospheric Administration de EEUU también encontraron seis cañones que pertenecían a la flota de Morgan. Según esos mismo expertos, la investigación no solo aportará datos fundamentales sobre la navegación en la época, sino que también permitirá conocer mejor la vida cotidiana de los corsarios.
En 1671, Henry Morgan atacó la ciudad de Panamá con la intención de debilitar la posición española en América y perdió allí gran parte de su flota al chocar contra unos arrecifes. Pese a la pérdida, se sobrepuso y continuó su carrera delictiva, convirtiéndose en un marinero de leyenda que inspiró a varios filibusteros de Hollywood.
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