Este artículo se publicó hace 15 años.
Negro para los hombres, blanco para las mujeres en tiempos de crisis
El negro será un color esencial en la indumentaria masculina del invierno próximo según acaban de concluir los modistos de París, y el blanco el gran color del próximo verano femenino, por obra de Karl Lagerfeld para la alta costura Chanel.
La crisis impuso su sello en las pasarelas, pero la intensa semana de moda de colecciones masculinas para el otoño-invierno 2009-2010 y de alta costura para la primavera-verano 2009 recordó una evidencia absoluta: "El mundo continúa".
Lo resumía con estas palabras, en una entrevista con Efe, el modisto español Josep Font, "optimista" por naturaleza y uno de los invitados a presentar sus creaciones en la agenda de la Federación de la Alta Costura francesa.
En su opinión, es el momento de "agudizar el ingenio para seguir adelante".
Por supuesto, hay que "ser prudente", pensar "con calma, poquito a poco, ir viendo" qué es lo que viene, pero también, comentó, "dar un toque de humor en esta época de tristeza".
La colección que presentó el miércoles, en la tercera y última jornada de alta costura de París, llena de "humor" y "mucha luz", mucho blanco también "porque da optimismo", fue una perfecta ilustración de sus ideas.
Lagerfeld fue aún más lejos en el uso y abuso del blanco y de la exquisitez absoluta, y llenó de resplandor una colección convertida de inmediato en una de las más celebradas de todos los tiempos y todas las marcas.
Con ella abrió una nueva era en la firma cuyo destino artístico dirige desde hace décadas y sentó las bases de lo que puede ser el lujo en este crítico inicio del siglo XXI, que tanto va a inspirar el Prét-à-Porter mundial de futuras ediciones.
Lagerfeld estrenó el martes una "nueva modestia" capaz de ofrecer el más sublime lujo como algo etéreo y virginal, incluso discreto, salvo cuando se contemple de cerca el producto de las múltiples horas de trabajo empleadas en cada uno de sus diseños y bordados.
Otros grandes de la moda ven el futuro en colores: John Galliano para Christian Dior y Christian Lacroix fueron dos de sus máximos exponentes.
Sin embargo, algunos cronistas destacaron que Galliano, amante de grandes espectáculos y complejos decorados para sus presentaciones de alta costura, se limitó el lunes a una pasarela tradicional.
Sus diseños, en cambio, derrocharon optimismo al estilo de la firma, con mucha belleza y, sobre todo, con decenas de metros de tejido para cada modelo, a imagen del "new look" inventado por el maestro fundador tras la Segunda Guerra Mundial.
Jean-Paul Gaultier, otro gigante del lujo parisino internacional, buscó la emoción en la transparencia, a menudo de inspiración española, casi siempre en blanco y negro.
Días antes, la moda masculina limitó igualmente florituras y en su búsqueda de lo esencial fue a por el negro, la calidad y el estilo.
Es todavía pronto para saber si, como vaticinan algunos expertos, el consumo compulsivo terminó, o si, como auguran otros, la propia angustia generada por la crisis financiera impulsará la compra de productos particularmente gratificantes a quienes pueden aún permitírselo.
Entre tanto, en la capital francesa, los enclaves del lujo no estaban estos días ni mucho menos vacíos, sino, al contrario, con abundante clientela.
En la Maison Margiela corroboraron a Efe la visión: las ventas "directas" no han bajado de momento, a diferencia de los encargadas por compradores multimarcas.
De ahí que la firma proyecte para los próximos meses una estrategia de "prudencia", sin descartar que dentro de unos meses se descubra que no era para tanto, explicaron.
En los primeros días de febrero, cuando los gigantes del lujo divulguen sus resultados, se verá más claro el futuro, que no parece perturbar la existencia de millonarias y princesas árabes que no faltaron a su cita con la alta costura.
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