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Netanyahu y Livni celebran su primer encuentro tras los comicios

Reuters

Los políticos rivales israelíes Benjamin Netanyahu y Tzipi Livni acordaron sostener más conversaciones sobre un futuro gobierno en su primera reunión celebrada el domingo tras las elecciones generales del 10 de febrero, que no dejaron un ganador claro.

Netanyahu, líder del derechista Likud, a quien el presidente Shimon Peres pidió el viernes formar una nueva coalición gobernante, prometió convencer a Livni, la ministra de Asuntos Exteriores, de que se le una en un gobierno.

Livni, líder del centrista Kadima, dijo que Netanyahu y ella "no alcanzaron ningún acuerdo y que hay diferencias sustanciales", pero agregó que "es importante investigar si hay un sendero común".

Sí estuvo de acuerdo con Netanyahu en que es urgente reunirse de nuevo y dijo a los periodistas en el hotel de Jerusalén donde se reunieron a puerta cerrada que "no hay razón para no hacerlo".

Kadima sacó 28 escaños en el Parlamento de un total de 120, uno más que el Likud.

Al escoger a Netanyahu, Peres no siguió la tradición de encargar la formación de gobierno en un plazo de 42 días al líder del partido con más diputados, sino que optó por Netanyahu, debido a que una mayoría de diputados prometió apoyarle.

Pero un gobierno con una mayoría estrecha formado por "halcones" podría enfrentar a Netanyahu con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su promesa de actuar rápidamente para conseguir un acuerdo para la creación de un estado palestino.

COOPERAR CON OBAMA

Netanyahu, de 59 años, prometió el domingo cooperar con el Gobierno de Obama para alcanzar "los objetivos comunes de paz, seguridad y prosperidad para nosotros y nuestros vecinos".

partidario de intercambiar grandes partes de Cisjordania a cambio de la paz - a unirse a un gobierno de unidad nacional.

"La unidad es alcanzable, mediante el diálogo (...) eso es lo que vamos a hacer hoy, empezando con Kadima y mañana con el Partido Laborista", dijo el domingo el antiguo primer ministro.

Livni, de 50 años, no ha descartado negociar un gobierno común, pero dijo a los partidarios del partido poco antes de las conversaciones que una alianza con los 65 diputados derechistas del Parlamento que dan su respaldo a Netanyahu podría suponer "traicionar la confianza de los votantes".

En un comunicado, los diputados de Kadima dijeron que la aceptación de las políticas centristas del partido sobre la paz y los temas nacionales eran "una condición para que (el partido) se uniese a cualquier unidad de Gobierno".

Netanyahu ha dicho que quiere cambiar el foco de las estancadas conversaciones con los palestinos impulsadas por Estados Unidos, para dejar de centrarse en los duros temas territoriales y reactivar su economía, una estrategia que rechazan los líderes palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania.

Como primer ministro desde 1996 a 1999, se enfrentó al Gobierno del ex presidente estadounidense Bill Clinton, pero cedió ante la presión de Washington y entregó partes de la ciudad cisjordana de Hebrón a la Autoridad Nacional Palestina.

Aunque sin descartar un estado palestino, ha señalado que éste debe tener poderes limitados, asegurando su desmilitarización.

Tanto Kadima como Likud defienden la expansión de los asentamientos judíos en Cisjordania, en desafío a Estados Unidos, que durante la presidencia de George W. Bush ejerció poca presión sobre Israel en este asunto.

El Partido Laborista del ministro de Defensa, Ehud Barak, quedó cuarto en las elecciones tras Yisrael Beiteinu, un partido de ultraderecha. Netanyahu podría buscar incluir a Barak también en su coalición.

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