Vincenzo Nibali, nuevo líder de la Vuelta a España tras la contrarreloj de 46 kms. de Peñafiel, tiene claro que a partir de ahora, "el rival es Ezequiel Mosquera" y que intentará "controlarle" en la etapa decisiva con final en la Bola del Mundo como lo hizo en "los Lagos de Covadonga".

"Ahora el rival principal es Mosquera. Habrá que intentar controlar la carrera y controlar a Mosquera como lo hice en los Lagos de Covadonga", ha dicho el italiano, confiado en sus fuerzas y en las de su equipo de cara al penúltima etapa, el sábado, una jornada de alta montaña, dos puertos de primera y final en la Bola del Mundo, de categoría especial.

"Tengo un gran equipo y con grandes escaladores, como (Oliver) Zaugg y (Roman Kreuziger). Si Mosquera ataca y yo estoy bien, no creo que tenga grandes problemas. Una buena manera de manejar la etapa sería imponer un ritmo alto con Kreuziger", ha adelantado.

El corredor siciliano ha confesado que "esperaba" que el anterior líder, Joaquim 'Purito' Rodríguez, "perdiera 3 minutos" en la etapa de hoy y que, "si he perdido 4, estará descontento con la crono que ha hecho".

Al respecto del pinchazo que ha sufrido en la primera parte de la contra reloj, ha reconocido que entre él y sus auxiliares han vivido unos momentos de "incertidumbre" al no tener claro si cambiar la rueda o de bicicleta, pero ha asegurado que "en ningún momento" ha "tenido pánico".

Sí ha lamentado que el pinchazo le haya llegado "cuando estaba cogiendo diferencias" en una crono que ha considerado "dura" y en la que "los 20 primeros kms. eran cruciales".

Nibali no ha querido establecer un porcentaje de posibilidades entre los dos grandes favoritos a la victoria final y se ha limitado a recordar que "se va a decidir todo en la Bola del Mundo".