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Un niño de 67 años llamado Antoine Doinel

El festival de Las palmas homenajea al mítico intérprete de la Nouvelle Vague

SARA BRITO

En un piso enorme que servía de plató de El último Tango en París (1972), Marlon Brando abre la puerta y se encuentra de frente con Jean Pierre Léaud. 'Vino corriendo hacia mí gritando: ¡Es el niño de Los 400 golpes!'. La anécdota la recordaba este viernes el propio Léaud en el Festival de Cine de Las Palmas, que homenajea al mítico intérprete que encarnó a Antoine Doinel hasta en cinco películas dirigidas por Truffaut. 'Aunque tenga 67 años creo que siempre seré el niño de 14 años de Los 400 golpes', insistió.

En efecto, Jean Pierre Léaud sabe que el rebelde Doinel es el personaje más importante de su vida, aquel que lo catapultó a actor fetiche de una generación de directores que lo fueron convirtiendo uno a uno en sus alter egos. 'Los 400 golpes es una película que perdurará siempre porque es perfecta', decía hoy, emocionado y tembloroso, envejecido pero aún seductor y evocador.

Icono indiscutible de la Nouvelle Vague, Léaud vivió en aquellos años de fervor cinematográfico la emoción de una generación de cineastas que 'se atrevieron a cambiar el fondo y la forma del cine', recalcó. 'Fueron los años más intensos de mi vida, fundamentales para mi existencia'. Godard lo moldeó a su imagen y semejanza política en Femenine/Masculine (1965) y en La chinoise (1967). Y Jean Eustache lo llevó a una de sus cumbres interpretativas en la epopeya sexual y existencial La mamá y la Puta (1973). 'En aquella primera etapa me identificaba con directores de fuerte personalidad, más que con los personajes', reconoce. 'En la segunda etapa me he esforzado por identificarme con los personajes'.

Después vendría la sequía, de la que acabarían sacándolo cineastas como Aki Kaurismäki (Contraré a un asesino a sueldo, 1990) y Olivier Assayas (Irma Verp, 1996). Aunque esporádicamente, Léaud sigue en activo. Después de que hace 3 años formara parte del reparto coral de Visage, de Tsai Ming Liang, Léaud podría volver a Cannes este año. Allí se prevé que Aki Kaurismäki presente Le Havre. 'Me telefoneó para proponerme, más que un papel, un proyecto. El rodaje fue pura improvisación, basada en la confianza que tengo en él: es lo más parecido a lo que tuve con Godard y Truffaut'. Y dice que una vez más lo ha dado todo.

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