Este artículo se publicó hace 16 años.
Los Niños de los Ojos Rojos, música trepidante disfrazada de faldas escocesas
Música folk de raíz balcánica o irlandesa, mezclada con ska, funky y hip-hop y aderezada con portentosos cambios de ritmo volverá a ser otra vez la fórmula continuista elegida por la banda extremeña Los Niños de los Ojos Rojos para dar a luz a su tercer álbum, que llevará por título "Lo veo todo claro".
"Los maizales", "La del La" o la propia canción que dará título al disco serán algunos de los temas que incluya este nuevo trabajo que hoy avanzaron sus diez componentes ataviados con sus faldas escocesas sobre el escenario Actual 2008, en el que actuaron junto a Los Planetas y las banda portuguesa Blasted Mechanism.
"El disco debía estar ya terminado, pero somos tantos en el grupo (nueve cacereños y un bosnio) que resulta difícil ponerse de acuerdo para completar todas las canciones, porque siempre surge una aportación a última hora que es buena y que decidimos incorporar", dice Alberto Casado, guitarrista del grupo.
Los Niños de Ojos Rojos se formaron hace ocho años en Cáceres, después de que sus miembros se conociesen tocando en la calle para los turistas que paseaban por el casco antiguo de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Al principio, su propuesta no fue más allá de hacer versiones de grupos de música celta como los franceses de Gwendal, aunque la creatividad de sus miembros hizo que poco a poco fueran construyendo canciones cada vez más originales, lo que dio pie a sus dos primeros álbumes "Venga enseguía!!!" (2000) e "Hijos del humo" (2005).
En estos dos discos, los componentes del grupo hablaban de su realidad más cotidiana y reivindicaban, entre otras cosas, el amor libre, la legalización de la marihuana o el botellón.
"Defendemos el botellón, pero no como una manera de fomentar el vandalismo, sino de dialogar, de ligar y de recuperar la vida en la calle que se ha perdido. Hay mucha gente que va de botellón y no bebe nada, cosa que por cierto es inaccesible para un joven con los precios que hay en los bares", afirma.
Seiscientos conciertos después de empezar y de tener apalabrados para el próximo año actuaciones en Holanda y Burkina Faso, esta faceta comprometida, lejos de desaparecer en su próximo disco, se verá ahondada en aspectos tales como la crítica al consumismo, el reparto de la riqueza o la defensa del medio ambiente.
"Nuestros dirigentes parece que quieren construir una refinería de petróleo en Extremadura en plena debacle climática. Eso sería interesante hace treinta años, pero ahora creo que nos iría mejor vendiendo nuestros jamones, nuestro aceite y nuestras olivas a los chinos y los norteamericanos", dice.
Casado defiende que su grupo apuesta "por cambiar el panorama musical" porque no dependen de ninguna multinacional, ya que son ellos mismos los que se editan sus discos, que pueden descargarse gratuitamente a través de internet.
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