Este artículo se publicó hace 13 años.
No hace falta una guerra global
Es difícil anticipar las consecuencias de la muerte de Bin Laden en las actividades terroristas de Al Qaeda. Y es difícil también saber los sentimientos que esta muerte despierta en los jóvenes que de forma inconsciente o ingenua veían en él un símbolo de la lucha contra la represión. Recordemos que Bin Laden no sólo despertaba simpatías entre los más radicales enemigos de EEUU y, en general de Occidente o entre los partidarios de una gran umma musulmana (comunidad de creyentes) gobernada por las leyes de la sharia (ley islámica). Lo hacía también en algunos jóvenes árabes musulmanes cansados de ser pisoteados, maltratados y denigrados por las políticas injustas e interesadas de Occidente.
Los jóvenes árabes tienen ahora otros modelos más saludables de luchaLa muerte del terrorista más buscado del planeta llega en un momento en que estos jóvenes tienen otro modelo, infinitamente mejor y mucho más saludable, de lucha. La lucha actual por la libertad que muchas personas están llevando a cabo en algunos países árabes para liberarse de los sátrapas que los gobiernan, primeros responsables de la vida indigna que ellos quieren cambiar. Esperemos que todas las energías se centren en esta lucha. La única que puede deparar un futuro halagüeño y pacífico.
Más fácil es imaginar la cantidad de esperanza que esta muerte depara a la gran mayoría de los musulmanes. Seguramente, constituye la mejor de las oportunidades para dejar atrás un ciclo en la historia donde de forma infame e injusta se ha asociado sistemáticamente el islam con el terrorismo.
Y, por otra parte, esta muerte viene a demostrar lo que toda la gente sensata defendía. Para vencer los terroristas, no hace falta iniciar una guerra global e indiscriminada contra el terror. Basta con perseguir a los terroristas.
Hoy es un buen día para acordarse de las víctimas de los atentados terroristas perpetrados por Al Qaeda y de la guerra injusta y desproporcionada que siguió a los terribles atentados del 11-S. Hoy es un día de esperanza y, como dice el poeta Luis García Montero en uno de sus poemas, "cada esperanza busca siempre un camino". Esperemos que sea el camino de la paz.
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