Los octavos de final volvieron a ser un muro infranqueable para el Madrid. Con la eliminación de ayer ya son seis años sin acceder a los cuartos de final. Una maldición que cuestiona el segundo proyecto galáctico de Florentino incluso desde el propio vestuario. 'Debemos ser más un equipo que un conjunto de individualidades', denunciaba Guti, apenado y crítico al mismo tiempo. 'En la segunda parte han sabido presionarnos. Nosotros, como nos suele pasar en los partidos importantes, no sabemos dar soluciones', incidía el 14.

La grada también dio su sentencia al Madrid de las estrellas silbando a Kaká, o a Pellegrini, cuando el brasileño se retiró malhumorado. A partir de ahora, y mientras el Barça siga con vida, la Liga de Campeones se convertirá en un caballo de tortura para los blancos. Tras caer consecutivamente ante Juventus, Arsenal, Bayern, Roma y Liverpool, ayer la moneda les salió de nuevo cruz a los madridistas, que no acceden a una ronda de cuartos desde el 11 de marzo de 2004, cuando eliminó al Bayern de Múnich. Después de seis tropiezos seguidos, en los que tuvo siete entrenadores diferentes y fichó a 47 nuevos jugadores, el Madrid continúa sin recuperar su sitio entre la aristocracia europea.

'Es el momento de mantener la templanza institucional y animar a los jugadores', defendía Jorge Valdano, director general, que titubeó al responder sobre el futuro de Pellegrini en el banquillo del Madrid la próxima temporada. 'Al técnico del Madrid siempre le acompaña la polémica', ahondaba Valdano, que cifró la derrota en 'la mezcla de cansancio y ambición'.

'Jugamos en el primer tiempo para marcar una diferencia mayor', defendía el argentino. Mientras, Casillas se mostró rotundo. 'Es un momento muy duro de digerir. Hay que estar tranquilos y no hablar porque hay mucha rabia'.