Este artículo se publicó hace 13 años.
¿No vale la pena hablar con los padres del peso de sus hijos?
Por Alison McCook
Las políticas escolares paraque los padres sepan si sus hijos tienen sobrepeso u obesidadtendrían poco impacto en este problema de salud, según unestudio realizado en Estados Unidos.
En la última década, casi todas las escuelas públicas deCalifornia reunieron información sobre la altura y el peso delos alumnos de quinto, séptimo y noveno grados, pero sóloalgunas optaron por enviarles los resultados a los padres.
Eso le proporcionó a la doctora Kristine A. Madsen, de laUniversity of California en San Francisco, una oportunidadúnica para evaluar el efecto de esa notificación.
Madsen halló que los hijos de los padres notificados notendían a adelgazar más en el tiempo que los niños de lospadres sin notificar.
Estos resultados, publicado en Archives of Pediatric &Adolescent Medicine, sugieren que las autoridades escolaresdeberían concentrarse en intervenciones con más impacto, comoalmuerzos escolares más saludables y mayor actividad física.
"El ejercicio es quizás la herramienta de salud pública mássubutilizada. Instamos a las escuelas a asegurarse de que elentorno esté respaldando la realización de actividad físicatodo lo posible", dijo la autora.
Con todo, hacer que los padres conozcan que sus hijostienen un peso no saludable podría tener algo de impacto, opinóla autora (en el estudio, a la mayoría se los notificó porcarta, que algunos podrían no haber recibido).
Además, casi ninguna de esas cartas utilizó palabras como"sobrepeso" u "obeso", sino que hacían mención al "índice demasa corporal" (IMC) de los niños y que algunos padres podríanno comprender.
Los expertos tienen opiniones divididas sobre losbeneficios de la pesquisa del IMC en las escuelas querecomienda el Instituto de Medicina, junto con la notificacióna los padres.
Pero los Centros para el Control y la Prevención deEnfermedades (CDC por su sigla en inglés) y la AsociaciónEstadounidense del Corazón opinan que no existen evidenciassólidas que lo respalden.
En las escuelas también se observa esa división: en el2006, el 41 por ciento de los distritos escolares exigía quelas escuelas les midieran la altura y el peso a los alumnos, ytres cuartos de esas escuelas notificaban a los padres.
FUENTE: Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine,online 4 de julio del 2011
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