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Nouvel inaugura un parque sostenible en Poblenou que juega con luces y sombras y el color lila

EFE

El arquitecto francés Jean Nouvel, reciente premio Pritzker, considerado el Nobel de Arquitectura, ha inaugurado hoy en Barcelona el Parc Central de Poblenou, un jardín sostenible concebido como "punto de encuentro" y "microclima acústico" que juega con luces y sombras y el color lila.

Son 5,5 hectáreas, junto a uno de los ejes de la ciudad, la avenida Diagonal, en el antiguo barrio fabril del Poblenou, en las que Nouvel ha diseñado un parque con mil árboles, más de 5.000 arbustos, casi 11.000 trepadoras, 35 palmeras y unos 5.000 cactus.

La calle Espronceda, que junto a Cristóbal de Moura son las únicas vías que atraviesan el parque, está totalmente cubierta por una pérgola de glicinias de diversos colores (lilas, azules y blancas), cuyos primeros pétalos han florecido con la primavera.

Además, en el perímetro del parque se han mantenido un muro de cemento, que en el futuro aparecerá tapado por las buganvillas, interrumpido por ventanales de cristal que "invitarán a la gente a entrar en el interior".

La idea, según Nouvel, es que el Parc Central sea "un parque de sol en invierno, que comience a cubrirse en primavera y que en verano se convierta en un parque esencialmente de sombras".

Para el arquitecto francés, "la verdadera inauguración deberá hacerse dentro de cinco años", cuando los árboles y la vegetación hayan crecido lo suficiente y se creen los juegos de luces y sombras que su diseñador ha previsto.

El parque ha sido diseñado con criterios medioambientales, puesto que el riego, gota a gota, procede de un gran depósito que aprovecha las aguas freáticas.

Además, ha añadido Nouvel, la principal especie plantada es el sauce llorón, "un tipo de árbol cuyas raíces buscan el agua freática, que aquí se encuentran a cuatro metros de profundidad".

En la principal isla del Parc Central, además de la llamada Plaza de la Sardana, Nouvel ha dispuesto un "bosque muy bien organizado, porque es obra de un arquitecto francés, nada que ver con el jardín inglés", ha bromeado.

Ese bosque combina una alineación de tilos y plátanos entrelazados que en el futuro configurarán una "sala hipóstila" decreciente que finaliza, en un extremo del parque, con una rampa de tierra volcánica, "un paisaje lunar sobre el que se situará una escultura de luz a modo de estrella inaccesible, que será visible desde diferentes puntos de la ciudad".

En la segunda isla del parque, el arbolado rodea el edificio de la antigua fábrica Oliva-Artés, cuyo uso está todavía por determinar, y los vestigios, sobre el interrumpido trazado de la calle Pere IV, de lo que fue el tranvía que pasaba por el Poblenou.

Junto a estos "restos arqueológicos", una estructura de nueve parterres llevarán al ciudadano por "un paseo visual y olfativo" por diversas plantas aromáticas.

En ese mismo espacio, la mirada al horizonte ofrece una visión espectacular y privilegiada de un edificio emblemático de otro arquitecto internacional francés, Dominique Perrault, que construye un hotel de 36 plantas en la misma avenida Diagonal.

En la tercera área, también dominada por el color lila, el elemento más destacado es un cráter que traslada al visitante por una espiral hasta el "centro de la tierra", donde a través de una instalación telemática podrá conectar con la ciudad ecuatoriana de Guayaquil.

Nouvel ha reconocido que adoptó esta idea del cráter, "una propuesta de los vecinos", por ser "un elemento poético", que conectará en las próximas semanas visualmente con unas instalaciones situadas en la zona del Malecón 2000 de Guayaquil.

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