Este artículo se publicó hace 15 años.
"Nuestro trabajo sólo sirve para inflar la estadística policial"
Un 'centauro' denuncia las presiones para detener inmigrantes ilegales
"Si tengo que estar buscando a inmigrantes sin papeles y me llaman en cualquier momento para que vaya a controlar un robo con violencia, cómo voy a ir con dos detenidos en la parte de atrás del coche". Juan (nombre ficticio) es un centauro que cuenta cómo detener cada noche a inmigrantes en situación irregular es una tarea más de su rutina laboral. Este policía empieza el trabajo a las 9.30 y las prioridades están claras: "Al principio de la jornada hay que identificar a los posibles extranjeros indocumentados que estén por la calle. Vamos a bocas de metro, locutorios, parques y sitios donde podamos encontrarles y pedirles los papeles". Una detención de este tipo puede llevar de media entre dos y tres horas, por lo que es preferible, dice este agente, "quitártelo de encima cuanto antes para que, a medida que avance la noche y aumenten las llamadas de otros delitos más serios, puedas estar libre y atenderlos, sobre todo los fines de semana, que se realizan más intervenciones".
Mejor en fin de semanaLa caza del inmigrante se complica durante los días de diario. " Un martes o un miércoles es más complicado localizar a inmigrantes por la calle a partir de las diez de la noche. Los fines de semana hay menos problemas, pero a diario hay que empezar las identificaciones pronto si quieres coger a alguno", explica Juan.
"Las noches de diario es más difícil encontrar sin papeles"
Precisamente, la presión policial sobre los sin papeles ha provocado que muchos de los inmigrantes irregulares ya hayan sido detenidos previamente y, por tanto, tengan abierto un procedimiento de expulsión durante el cual no pueden ser llevados a comisaría de nuevo.
"Entonces, vas a detener a uno, y a otro, y a otro, y te das cuenta de que no puedes llevarte a comisaría a ninguno, que ya les han arrestado antes y tienen que pasar al menos 40 días para que se pueda hacer efectiva la expulsión. Si pides que se identifique a uno que ya tiene anunciada la expulsión, tienes que buscar a otro. Esto demora mucho más el trabajo porque hay que cumplir con dos detenidos cada noche".
La 'caza' impide a los agentes dedicarse a otros menesteres
Por eso, hay que organizarse. Este policía afirma que, cuando se les acumula el trabajo en comisaría, agrupan a todos los detenidos y una sola pareja de agentes se queda tramitando los papeles de detención para todos los arrestados. Así, el resto de policías pueden salir a la calle. "A hacer lo que tenemos que hacer: prevenir los delitos, ayudar a la gente que lo necesita, y no estar horas buscando inmigrantes sin papeles para nada", comenta Juan.
El trabajo ha terminado y ya ha pasado la medianoche. A partir de entonces, los centauros se dedican a luchar contra el crimen organizado, a colaborar con la policía judicial y con otras unidades. A Juan le gusta su trabajo, por eso titubea cuando reconoce que hay presiones, por parte de los mandos. "Si un día no sigues las órdenes y no cumples con el cupo de detenciones, no pasa nada, pero cuando algún compañero se ha negado a hacerlo, a veces le han amenazado con cambiarle de unidad y algunos se han cambiado ellos directamente". Su denuncia, reitera, es que su trabajo sólo sirve para inflar las cifras de detenidos.
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