Este artículo se publicó hace 15 años.
La "nueva" UE inicia hoy su primera cumbre con su nueva estructura
La nueva Unión Europea (UE) surgida del Tratado de Lisboa inicia hoy su primera cumbre de jefes de Estado y Gobierno, con varios cambios institucionales que entran en vigor y el objetivo de aplicar nuevos elementos del texto.
Además de dar nuevos pasos hacia la aplicación práctica de las novedades del Tratado de Lisboa, los líderes de los Veintisiete apoyarán desde Bruselas la cumbre sobre el clima de Copenhague y certificarán la nueva estructura de supervisión financiera que quiere construir la UE.
La reunión de dos días, en la que participará por primera vez el nuevo presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, será también la última cita formal de los líderes bajo la presidencia sueca, que el 1 de enero pasará el testigo a España.
Siguiendo el Tratado de Lisboa, la presidencia sueca no ha invitado a los ministros de Exteriores, pero sí acudirá al encuentro la alta representante para Política Exterior y Seguridad Común, Catherine Ashton.
Van Rompuy no presidirá aún la reunión, pero sí estará en la cena de líderes, a los que expondrá sus ideas sobre cómo debería funcionar el Consejo Europeo bajo una presidencia estable, según explicaron fuentes diplomáticas.
Además, los líderes pedirán a Ashton que presente para finales de abril los detalles concretos del futuro Servicio Europeo de Acción Exterior (el cuerpo diplomático de la UE).
También instarán a la Comisión Europea a definir cómo poner en práctica la llamada "iniciativa popular", por la que las propuestas que reúnan un millón de firmas en un número "significativo" de Estados miembros podrán invitar a la CE a presentar legislación en un área especifica.
Ambos elementos, incluidos en el Tratado de Lisboa, tendrán que ser aprobados también durante el semestre de presidencia española.
La principal decisión que deben alcanzar los líderes de la UE en la cita que comienza hoy está relacionada con la cumbre de Copenhague que empezó el lunes, ya que buscan acordar la aportación europea a la llamada "financiación adelantada", destinada a ayudar a las naciones en desarrollo a combatir el calentamiento global durante el periodo 2010-2012.
La UE ha propuesto habilitar entre 5.000 y 7.000 millones anuales a nivel mundial con este fin, y fuentes diplomáticas confiaron en que se podrá alcanzar ese objetivo gracias al impulso que den los europeos en este Consejo Europeo.
Además, la cumbre recalcará la disposición de la Unión Europea a reducir sus emisiones de efecto invernadero en un 30 por ciento para 2020, respecto a los niveles de 1990, si otros países hacen lo mismo.
Los líderes reclamarán que en Copenhague se alcance un acuerdo "global, amplio y ambicioso" que conduzca a un instrumento legalmente vinculante que sustituya a partir de 2013 al Protocolo de Kioto.
Además, los dirigentes comunitarios aprobarán formalmente la nueva arquitectura de supervisión del sector financiero, diseñada para evitar la repetición de crisis bancarias transfronterizas como la que estalló en 2008.
Los ministros comunitarios de Economía y Finanzas acordaron la pasada semana la última parte del nuevo esquema, la que se refiere a la creación de tres entidades paneuropeas de supervisión para los sectores bancario, de seguros y bolsa.
Este compromiso tendrá que ser negociado con el Parlamento Europeo a partir de enero, una vez que España haya asumido la presidencia rotatoria comunitaria.
La cumbre también respaldará que la retirada de los apoyos al sector financiero (dentro de la llamada "estrategia de salida de la crisis") se haga teniendo en cuenta las circunstancias específicas de cada país, aunque en coordinación con el resto de los socios comunitarios.
Los líderes darán además la aprobación final al llamado "Programa de Estocolmo", que establece el conjunto de propuestas en el área de Justicia e Interior que se quiere poner en marcha durante los próximos cinco años.
Durante la presidencia española se tendrá que aprobar el calendario de desarrollo del programa, que incluye entre otras medidas la mejora del sistema de asilo, una mayor protección de datos personales, garantías procesales en juicios penales en otros países o la creación de un "Erasmus" para policías.
En cuestiones exteriores, los líderes enviarán una clara advertencia a Irán de que habrá nuevas sanciones internacionales si no cambia de actitud en su programa nuclear.
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