Este artículo se publicó hace 14 años.
Nueva York vuelve a arremeter contra las bebidas azucaradas
Por Daniel Trotta
Nueva York expandió su campañacontra la obesidad al proponer la prohibición del uso de valesde comida para comprar bebidas azucaradas, una medida que laindustria de refrescos calificó como otro intento del Gobiernopor decirle a las personas cómo deben comportarse.
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, yel Gobernador del estado, David Paterson, pidieron al Gobiernoestadounidense que prohíba la compra de gaseosas y jugosazucarados con vales de comida.
Estos vales o cupones federales son utilizados por 42millones de estadounidenses de bajos ingresos para adquiriralimentos.
Según los funcionarios, las bebidas azucaradas son el mayorcontribuyente a la epidemia de obesidad.
"Esto es muy simple. No se trata de una enfermedad como elcáncer (que) no sabemos cómo curar. Esto sabemos cómo curarlo:dejando de consumir calorías adicionales", dijo Bloomberg enconferencia de prensa.
"No hay nada malo con una (bebida azucarada) ocasional.Pero los niños están tomando cantidades enormes de refrescosllenos de azúcar y tendrían que cambiar a bebidas dietéticas.Por lo que la próxima vez que una de las empresas se queje, losiento. Las vidas de nuestros niños son más importantes quecuaquier otra cosa", dijo Bloomberg.
El alcalde ha empleado su poder en la ciudad para promoverotras medidas de salud, como una campaña para reducir elconsumo de sal y una prohibición sobre las grasas trans en losrestaurantes, además del requerimiento de que las cadenas decomida detallen las calorías de los alimentos que venden.
En el 2003, Nueva York prohibió fumar en bares yrestaurantes, lo que generó muchas protestas entonces porquefumadores y no fumadores lo consideraban un caso de intromisióndel Gobierno en la vida privada, pero la ley ya se ha aceptadoampliamente.
La Asociación Estadounidense de Bebidas, una entidadcomercial, criticó la propuesta como "simplemente otro intentodel Gobierno de decirle a los neoyorquinos lo que deben comer ybeber, y sólo tendrá un impacto injusto sobre aquellos quemenos pueden pagarlo".
Casi el 40 por ciento de los niños de escuelas públicas deNueva York son obesos, mientras que las tasas de obesidadrondan el 30 por ciento en los hogares más pobres, comparadocon el 17 por ciento en las casas de familias más adineradas,señalaron en un comunicado conjunto la ciudad y el estado.
Las enfermedades vinculadas con la obesidad cuestan alestado aproximadamente 8.000 millones de dólares anuales, segúnel escrito. Cerca de 1,7 millones de residentes de Nueva York y2,9 millones de habitantes del estado en general reciben elbeneficio de los vales de comida.
Esos cupones no pueden usarse para comprar otras sustanciasperjudiciales para la salud como el alcohol y el tabaco.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos, queadministra el programa que entrega los vales, expresó en uncomunicado que "revisará y considerará" la propuesta de NuevaYork.
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