Este artículo se publicó hace 16 años.
Nueve detenidos, cuatro de ellos trabajadores del Aeropuerto de Barajas, por tráfico de cocaína
Agentes de la Policía han desarticulado una organización que se dedicaba al tráfico de cocaína y han detenido a nueve personas, de las que cuatro trabajaban en el Aeropuerto de Madrid-Barajas y eran los encargados de recoger de las bodegas de los aviones las maletas con la droga, procedente del extranjero.
En la operación, realizada la semana pasada, se han intervenido algo más de diecisiete kilos de esa sustancia, según ha informado hoy Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Los detenidos que trabajaban en el aeropuerto son: Clara A.R., madrileña de 31 años; Luis Ismael C.M., gaditano de 27; Luis Pablo S., argentino de 33, y Julián Yasid G.L., de 26.
Los tres primeros son empleados de aeropuerto, dedicados al tratamiento de equipajes en pista, y se ocupaban de cargar y descargar los aviones, mientras que Julián Yasid G. era empleado de una contrata encargada de devolver a sus propietarios los equipajes perdidos cuando aparecen.
Este último poseía una tarjeta que le daba libertad para moverse por zonas de control de AENA.
El resto de detenidos -los ciudadanos colombianos Jimmy Darío M.B., de 30 años; Alejandra María Z.O., de 30; María Clemencia L.R., de 39; y John Jairo V.F., de 38, así como el ecuatoriano Sergio Stalin M.M.- no tenían relación con el aeropuerto y eran quienes recogían la droga.
Ninguno de los nueve arrestados había estado detenido con anterioridad.
Según las averiguaciones de los agentes del Grupo de Estupefacientes del aeropuerto de Barajas, los traficantes preparaban la droga en maletas en los países de origen y la metían en el avión, unas veces facturada y otras sin poner ni nombre ni destino.
Después informaban del envío a sus contactos en el aeropuerto y les facilitaban los datos que les sirvieran para identificar con facilidad la maleta.
Una vez localizada en el avión, los trabajadores encargados de recogerla la desviaban del tránsito habitual de equipajes y la trataban como extraviada, para almacenarla en las oficinas.
En este punto el envío se sacaba del aeropuerto bien como maleta que iba a ser devuelta a su propietario, bien en mano de los empleados, en mochilas como las que habitualmente utilizan para llevar al trabajo la comida o la ropa.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.