Este artículo se publicó hace 11 años.
Nueve que se lo llevaron caliente de Canal 9
Esta semana el PP dio carpetazo a la Radiotelevisión pública valenciana con la excusa de la austeridad. Pero durante años el partido gastó dinero público a través de ella a manos llenas, y figuras como Sánc
El momento exacto en que la emisión de Nou (como recientemente fue rebautizada Canal 9) se funda definitivamente a negro, aún está por determinar, pero a partir de ese instante 1.700 trabajadores de Radiotelevisió Valenciana (RTVV) perderán su empleo como consecuencia de la nefasta gestión del ente y su déficit millonario. Entre los afectados, sin embargo, no se contarán algunos de los rostros que pasaron por la televisión cobrando elevadas cantidades de dinero público que poco o nada tenían que ver con la calidad y repercusión de lo ofrecido a cambio. Estos son solo nueve de ellos.
Fernando Sánchez Dragó. El escritor y comunicador ultraliberal, que defendió hace escasas semanas en una entrevista en Onda Cero que todas las televisiones públicas "deberían cerrar" en relación al persianazo de RTVV, no tuvo inconveniente en llevarse 12.000 euros de dinero público de los valencianos (6.000 en concepto de director y otros tantos como guionista) por cada uno de los 212 programas que se mantuvo su espacio de entrevistas El Faro de Alejandría en antena entre los años 1999 y 2004. El coste total por programa rondaba los 54.000 euros, que se abonaban a una productora externa, que facturaba el programa íntegramente en castellano. Por el programa de Dragó, que -según el informe del Comité de Redacción de RTVV redactado en 2001- no solía superar los 12.000 espectadores de audiencia, pasaron tanto premios Nobel de literatura como conocidos ultraderechistas valencianos, que servían para avivar polémicas instrumentalizadas desde el gobierno de Eduardo Zaplana.
Carlos Dávila. El comunicador ultraconservador Carlos Dávila también fue beneficiado entre 2005 y 2009 con la conducción del espacio En exclusiva, por el que ingresaba 1.500 euros de dinero público en concepto de dirección y presentación. El espacio, de 30 minutos de duración y periodicidad semanal (Dávila ingresaba de media 6.000 euros al mes) solía emitirse, no obstante, a altas horas de la madrugada, registrando igualmente audiencias muy bajas. En exclusiva, pese al objetivo fundacional de RTVV de potenciar el uso de la lengua autonómica, se emitía íntegramente en castellano y Dávila no tuvo reparos en atacar el valenciano desde el mismo espacio.
Isabel Durán. También en perfecto castellano era la tertulia política DBT.es que la conservadora Isabel Durán condujo entre septiembre de 2010 y febrero de 2012, por -según el relato de la protagonista en el espacio La Noria de Telecinco- concesión directa del entonces president de la Generalitat, Francisco Camps, en agradecimiento por el ataque que ésta hizo en televisión al sastre que le acusó de recibir trajes de la trama Gürtel. Aunque el Consell nunca reveló el coste de su contrato, Elplural.com publicó en su día que la presentadora recibía por programa 3.000 euros de las arcas públicas valencianas. Por su parte, ésta no dudó en dedicar su espacio a realizar duros ataques al gobierno de Zapatero o enfervorecidas defensas a Francisco Camps, incluso mientras era juzgado por el caso de los trajes. La audiencia de DBT.es también se situó siempre por debajo de la media de la cadena.
Miguel Ángel Rodríguez. Pero para que DBT.es u otros espacios de presunto debate político aparentaran serlo necesitaban de contertulios, y comunicadores como Miguel Ángel Rodríguez (destacado miembro del PP), Carmen Gurruchaga o Alfonso Rojo, se convirtieron en habituales del espacio por no menos de 800 euros por cabeza y día, sin incluir el desplazamiento en AVE (la mayor parte de los elegidos eran residentes en Madrid) ni las dietas, aunque como en su día informó el diario Levante, en más de una ocasión compartieron mesa y mantel con el mismo presidente de la Generalitat. A cambio, los elogios a éste y su gobierno eran moneda de cambio, aunque como reconociera la misma Carmen Gurruchaga en el mismo programa —"aquí no tengo pensamiento propio"—, los contertulios opinaran de la actualidad valenciana sin tener conocimiento de ella.
Jesús Mariñas. Pero no todo en Canal 9 eran debates sesudos. También había espacio para el entretenimiento y una de las estrellas que RTVV propulsó con más fuerza fue al tertuliano del corazón Jesús Mariñas, que a principios de este año reconoció haber cobrado 3.000 euros por cada una de sus participaciones en Tómbola, espacio en el que fue un fijo de sus emisiones entre marzo de 1997 y noviembre de 2004, aunque no el único tertuliano. A esta cantidad cabría sumar los 1.000 euros que —por contrato— Mariñas cobraba de dinero público por cada una de las breves apariciones que ocasionalmente realizaba en el matinal Matí, Matí.
María Abradelo. Determinar los sueldos percibidos por las "estrellas" de RTVV ha resultado en numerosas ocasiones imposible debido al oscurantismo con el que se operó en el ente desde la entrada de Eduardo Zaplana a la Generalitat. De ese modo, la pasada semana se convirtió en noticia el hecho de que, según desveló el diputado del PSPV-PSOE, Josep Moreno, la artista María Abradelo disfrutara en el año 2002 -fue una cara constante en la cadena entre 1997 y 2004, las dos legislaturas gobernadas por Zaplana, y regresó en 2008- de un contrato de 270.000 euros más IVA a cambio de presentar un número de programas indeterminado. Entre ellos se contaba el infantil Babalá, aunque Abradelo, que estaba aprendiendo valenciano, lo hiciera en castellano o utilizando un valenciano plagado de errores, contraproducente respecto a la función educativa que se presupone al espacio.
Bárbara Rey. En cambio a día de hoy no se sabe con certeza lo que cobraron la vedette Bárbara Rey por presentar el espacio En casa de Bárbara entre los años 2000 y 2005, o Mar Flores por las cuatro temporadas (1.000 programas emitidos) del concurso La música es la pista, aunque en su día trascendió que solo por los tres primeros meses la modelo percibió 108.000 euros (36.000 euros al mes). Aunque el salario de Bárbara Rey jamás trascendió, sí lo hizo la cantidad que cobró por su programada intervención en Tómbola, que fue vetada por Canal 9 en 1997. La vedette se embolsó 12.000 euros en aquella ocasión por no contar algo relacionado con el robo padecido poco antes en su domicilio de documentos, carretes fotográficos y cintas de vídeo en los que, según el relato recogido en su denuncia, implicaba "a personas importantes de este país por ser comprometedoras para ambos".
José Luis Moreno. El número de inversiones sin rédito de audiencia en Canal 9 es harto extenso, y la denuncia realizada la pasada semana por el diputado Josep Moreno también recogía casos como el de José Luis Moreno -que figura en los papeles de Bárcenas como donante de 60.000 euros al PP entre los años 1999 y 2003 y su productora Adriática, que recibió 2.025.770 euros más IVA por una serie de ficción titulada Planta 25. Ésta constaba de 58 capítulos "de los cuales nadie se acuerda porque eran de poca duración y se programaban en horarios sin sentido", según el diputado, pero por los que pagó -según sus cálculos- "el mismo importe que RTVV había adjudicado recientemente a la compra de 487 horas de magacines, concursos y programas de ‘prime time' divulgativos".
Víctor Seara. El último caso conocido de despilfarro unipersonal realizado por el ente fue el empleado en fichar a Víctor Seara para que retransmitiera las carreras de Fórmula 1 en Canal 9. El fichaje de la mitad menos popular del tándem presentador de la Fórmula 1 en la época de Telecinco salió, no obstante, a precio de Antonio Lobato. La propia RTVV sí reconoció en esta ocasión haber abonado al locutor argentino -que una vez más, desempeñaba su labor en castellano- 125.000 euros por la temporada 2010 y 105.000 euros por la 2011. Aunque lo más sorprendente es que el ente le siguió abonando una nómina mensual de 3.500 euros en 2012, cuando ya no se emitía el campeonato. Como el presentador, con contrato vigente, se limitaba a pasear por el centro de producciones del ente, finalmente se le asignó la locución de un programa de motor de entre 15 y 30 minutos semanales que se emitió durante unos meses. El coste de Seara no se incluyó en los 22 millones de euros que Canal 9 pagó a Bernie Eccleston por retransmitir sin exclusividad una competición que ya se emitía con éxito en otras televisiones privadas.
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