El nuevo ministro de Economía de Argentina, Carlos Fernández, dijo hoy que con su nombramiento "no tiene que cambiar nada" de la política económica que lleva adelante el gobierno de Cristina Fernández.

"Estoy preocupado por la economía y por todo lo que pasa en el país, pero con mi nombramiento no tiene que cambiar nada", sostuvo Fernández en breves declaraciones en la puerta de su casa en la periferia de Buenos Aires, donde una multitud de periodistas aguardaba su salida.

Fernández dijo que "pondrá todo" de sí en su nueva función y se manifestó "honrado" por su designación al frente de la cartera económica, aunque evitó abundar en consideraciones políticas y económicas.

"Me siento orgulloso de trabajar con este Gobierno", afirmó antes de elogiar a su antecesor, Martín Lousteau, y de destacar su buena relación con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Las alusiones al controvertido Moreno respondieron a los rumores que corrieron en los últimos días sobre un enfrentamiento suyo con Lousteau, al parecer uno de los detonantes de la salida del ahora ex ministro.

Moreno, un hombre de extrema confianza de Fernández y de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, ha sido acusado por productores agropecuarios de presiones e intransigencias en las negociaciones que el Gobierno mantiene con el campo para superar un conflicto que derivó recientemente en una huelga comercial de tres semanas.

Carlos Fernández, de 54 años, es un economista del gobernante Partido Justicialista (peronista) especializado en finanzas públicas, quien hasta ahora estaba al frente de Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el organismo recaudador de impuestos.

Señalado como un funcionario cercano al ex presidente Kirchner (2003-2007), también estuvo al frente del Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires entre marzo y diciembre del año pasado.