Este artículo se publicó hace 15 años.
Un nuevo tifón vuelve a causar destrozos en Filipinas
El tercer tifón que azota las Islas Filipinas en cinco semanas llegó el sábado a la isla de Luzón, derribando árboles y cortando la energía eléctrica, pero por el momento no se han publicado informaciones de los daños.
Las autoridades cancelaron cerca de 180 vuelos desde Manila, mientras que algunos intercambiadores y servicios de autobuses permanecen suspendidos, lo que ha dejado a miles de personas sin conexión y ha impedido que algunos regresen a sus hogares para pasar el fin de semana de la festividad de Todos Los Santos.
Los otros dos tifones causaron más de 900 muertes en las últimas semanas y algunas zonas de la capital, Manila, aún están bajo el agua.
El tifón Mirinae perdió fuerza mientras avanzaba por las provincias de cultivos de cocos, al sur de la capital, según comunicó la oficina meteorológica.
"Parece que nuestros compatriotas podrán celebrar el Día de Todos Los Santos, porque el clima ha mejorado un poco", dijo el coronel Ernesto Torres. "El tifón se dirige a salir del país", agregó.
Las lluvias no fueron tan fuertes como se había temido, especialmente junto a la densamente poblada costa oeste de Luzón, donde las inundaciones que provocó el tifón Ketsana el mes pasado causaron más de 400 muertes.
Leonardo Espina, portavoz de la policía nacional, dijo que los equipos de emergencia habían comenzado a limpiar los caminos de los árboles caídos y los escombros, agregando que algunas zonas alrededor y dentro de Manila no tenían electricidad.
Algunas informaciones radiofónicas, que citaban a responsables locales, dijeron que había muerto un hombre mientras cruzaba un arroyo en la provincia Rizal, al este de la capital, y que otro había ahogado cuando su casa fue arrasada por el agua en Manila.
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