Este artículo se publicó hace 17 años.
Nuevos disturbios a las afueras de París por tercera noche consecutiva
Por tercera noche consecutiva, grupos de jóvenes incendiaron vehículos en barriadas de las afueras de París, aunque los disturbios fueron menos intensos que en las dos noches anteriores, indicaron a Efe en la Prefectura de Val d'Oise.
El primer ministro, François Fillon, y la ministra de Interior, Michele Alliot-Marie, acudieron esta noche a Villiers-le-Bel, al norte de París, donde la presencia policial ha sido reforzada considerablemente.
Es la localidad del departamento de Val d'Oise, donde comenzaron los disturbios el domingo tras la muerte de dos adolescentes que circulaban sin casco en moto y chocaron con un coche de patrulla de la policía.
A las 21.00 GMT se habían registrado 27 incendios de vehículos y nueve detenciones, dijeron a Efe fuentes de la Prefectura, que no pudieron confirmar informaciones de que un comercio estaba en llamadas en la localidad.
Quizás debido al espectacular despliegue de efectivos policiales -en torno a un millar- en Villiers-le-Bel, había allí menos incendios de vehículos que en otras localidades del departamento.
De hecho, y por el momento, según las fuentes, no se registraban enfrentamientos directos de jóvenes con los agentes antidisturbios, como la noche anterior, en la que 82 policías resultaron heridos, 10 de ellos por disparos.
Fillon, que en una primera visita a Villiers-le-Bel por la mañana tildó de "criminales a los que disparan contra los policías" y anunció un refuerzo importante de las fuerzas del orden, acudió por la noche, junto a la titular de Interior, al estado mayor de seguridad instalado en el cuartel de los bomberos.
En un barrio conflictivo de Yvelines, otro departamento de la región de París, ocho menores fueron detenidos por apedrear e intentar incendiar un autobús que habían robado esta noche.
Mientras, en Toulouse (suroeste de Francia), hubo un conato de incendio en una biblioteca y una decena de coches incendiados en dos barrios, donde se calmó la situación tras desplegarse agentes antidisturbios, según medios locales.
Con la movilización policial y llamadas a la calma, el Gobierno busca evitar como sea una repetición de la ola de violencia que asoló cientos de barrios conflictivos de las periferias de las principales ciudades de Francia durante tres semanas hace dos años y que llevó a las autoridades a decretar el estado de emergencia.
Mañana, a su regreso de su viaje oficial a China, el presidente, Nicolas Sarkozy, ha programado una reunión sobre la seguridad, con la participación de Fillon y las titulares de Interior y Justicia, entre otros.
La ministra de Interior dijo que había dado nuevas consignas de firmeza a las fuerzas del orden: "tomamos medidas de prevención con una presencia policial fuerte", declaró en la televisión "France 2".
El uso de armas de fuego por los jóvenes en los enfrentamientos con las fuerzas del orden ha sembrado la alarma entre las autoridades y la policía y varios sindicatos policiales advirtieron de que, por ello, la situación es "peor" que en la ola de violencia de 2005.
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