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Obama busca acuerdo con los republicanos en una cumbre de salud

Reuters

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo el jueves un último y desesperado llamamiento para salvar el estancado proyecto de reforma de salud, pero rápidamente se enfrentó con los republicanos que lo instaron a desechar su plan.

Tras meses de acaloradas batallas por la reforma al sistema de salud en el Congreso, líderes de ambos partidos encontraron pocas áreas de acuerdo en los primeros intercambios de una reunión que dura todo el día y los participantes dijeron que hay pocas esperanzas de compromiso.

Obama dijo que la reforma del sistema de asistencia médica es crucial para impulsar a la debilitada economía e instó a los diputados a ir más allá de las acusaciones partidistas.

"Lo que espero lograr hoy es que todos se centren no sólo en qué diferimos, sino centrarnos en qué estamos de acuerdo", dijo Obama a los líderes del Congreso.

"Y luego hablemos sobre otras áreas en las que estamos en desacuerdo y veamos si podemos superar esas brechas. No sé si esas brechas pueden ser superadas", destacó.

Los republicanos dijeron que la reforma del sistema sanitario de Obama es demasiado costosa e implicaría más impuestos, mayores regulaciones y primas para los consumidores.

"No estamos de acuerdo en el asunto fundamental sobre quién debería estar a cargo", dijo el senador republicano Jon Kyl, mostrando la decisión como una opción entre los burócratas de Washington y los pacientes. "Hay una gran diferencia en nuestros enfoques".

Los republicanos amontonaron las 2.700 páginas del proyecto sobre la mesa para mostrar su tamaño y dijeron que la oposición representa la voluntad de la mayoría de los estadounidenses.

PARTIR DE CERO

"Tenemos que empezar cogiendo el actual proyecto y poniéndolo en una estantería y comenzar con una hoja en blanco", dijo el senador republicano Lamar Alexander.

Obama y sus socios demócratas no tienen la intención de hacer eso, pero el presidente espera influir en los legisladores demócratas dudosos y en los votantes que han perdido entusiasmo en el esfuerzo de reformar la industria de la asistencia médica estadounidense de 2,5 billones de dólares.

Los proyectos aprobados el año pasado por la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, y el Senado fueron diseñados para controlar los costes, regular a las compañías aseguradoras y expandir la cobertura a decenas de millones de estadounidenses.

Pero los esfuerzos por fusionarlos y enviar una versión final a Obama fracasaron en enero después de que los demócratas perdieron la crucial mayoría de 60 votos en el Senado, en una elección especial en Massachusetts, en medio de amplio descontento público por la gestión de la reforma.

Obama ofreció su propia versión del plan de asistencia médica en un esfuerzo por superar un estancamiento legislativo, pero los republicanos lo rechazaron de inmediato.

El presidente señaló que el dinero que se gasta en asistencia médica podría ir a la creación de empleos y otras necesidades económicas vitales.

La Casa Blanca ha señalado anteriormente que consideraría respaldar un esfuerzo que llevaría el proyecto a través del Congreso utilizando un procedimiento llamado reconciliación, el cual podría eludir la necesidad de apoyo republicano.

Los republicanos señalaron que esperan que la cumbre sea el primer paso para iniciar ese proceso y denunciaron la idea.

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