Este artículo se publicó hace 12 años.
Obama recibirá al vicepresidente chino el 14 de febrero
El presidente de EEUU, Barack Obama, recibirá el 14 de febrero en la Casa Blanca al vicepresidente chino Xi Jinping, considerado el futuro jefe de Estado de su país, anunció hoy la Casa Blanca.
En un comunicado, la Casa Blanca indicó que la visita de Xi se produce a invitación del vicepresidente de EEUU, Joe Biden, quien también, junto a otros altos cargos de la Administración, se reunirá con el mandatario chino.
En sus entrevistas, las autoridades estadounidenses abordarán cuestiones de interés bilateral, regional y mundial, según la nota oficial.
Xi tiene previsto también desplazarse a los estados de California y Iowa.
La visita del alto dirigente se produce después de que el presidente chino, Hu Jintao, fuera recibido en Washington en visita de Estado en enero de 2011. Biden se desplazó a Pekín el pasado agosto.
Xi, de 56 años, está considerado el heredero de Hu al frente del Partido Comunista y del país tras quedar designado el pasado octubre como vicepresidente del máximo órgano militar chino.
Se espera que el relevo comience el próximo octubre, cuando los analistas esperan que se haga cargo de la Secretaría General del Partido Comunista, y culmine en marzo de 2013, cuando se espera que ocupe la presidencia china.
Desde que se confirmara su ascendencia, el Gobierno estadounidense ha intentado tender puentes hacia el líder "in pectore".
Durante su visita a China el año pasado, Biden dedicó la mayor parte de sus reuniones a Xi, con quien se vio en cinco ocasiones no sólo en Pekín, sino también en la provincia de Sichuan, en el centro del país, donde ambos compartieron un almuerzo informal.
Según declaró entonces Daniel Russell, el responsable para Asia del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, esos contactos representaban "un ejemplo de nuestra inversión en el futuro de la relación chino-estadounidense".
La Administración Obama ha hecho de la relación con los países de la región de Asia Pacífico su principal prioridad en política exterior y busca con China mantener una relación de trabajo que les permita la colaboración en asuntos de interés común al tiempo que reconocen que no siempre estarán de acuerdo en todo.
Uno de los grandes puntos de fricción en los últimos años en la relación bilateral ha sido la cotización del yuan, que aunque se ha apreciado desde junio de 2010 EEUU considera que sigue sustancialmente por debajo de su valor de mercado y ello beneficia de manera artificial las exportaciones chinas en detrimento de las estadounidenses.
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