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Obama intenta recuperar la confianza del G-20

Se alivia la tensión con China tras un encuentro bilateral

BELÉN CARREÑO

Hasta 34 representantes de las principales economías desarrolladas y emergentes cenan esta noche en Seúl (Corea del Sur) como arranque de la cumbre del G-20. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, es uno de los invitados y cena sentado entre los representantes de Indonesia y Australia.

El principal objetivo de la cena, además de degustar tres de los menús tradicionales coreanos (a elegir carne, pescado o vegetariano), es aliviar la tensión que se vive a nivel internacional alrededor de la política monetaria.

Los técnicos que están discutiendo el acuerdo final de la cumbre, encallaron en la madrugada de ayer en los asuntos de política monetaria. Sin embargo, la llegada del presidente de EEUU, Barack Obama, y su encuentro bilateral con el presidente de China, Hu Jintao, hace escasas horas, puede haber servido de revulsivo en la negociación.

Por lo pronto, Obama ha salido de la reunión con su homólogo chino asegurando que se habían hecho 'progresos' en materia económica, aunque no ha detallado si estos implican también a la vertiente de las divisas.

Obama también ha intentado ganarse la confianza de la canciller alemana, Angela Merkel, que ha asegurado después de su encuentro que el clima era bueno y que se llegaría a un encuentro al final de la cumbre. Le quedan por ganarse la confianza de algunos emergentes, sobre todo de Brasil. Precisamente, la sucesora de Lula da Silva, Dilma Rousseff, se presenta en sociedad internacional con esta cena.

También tendrá que lidiar con el malestar de la delegación europea que le cuestionará por la inyección de divisas. El presidente de la Unión Europea, Durao Barroso, ha advertido al inicio del encuentro que 'nadie debe buscar por su propio crecimiento a expensas del resto' y a instado al G-20 a evitar este tipo de movimientos.

En el último borrador de anoche, los países se comprometen a llegar 'más allá' en los movimientos para que sus divisas reflejen mejor el precio del mercado y los fundamentos económicos. Este es prácticamente el mismo acuerdo al que ya habían llegado por sorpresa los ministros de Finanzas en su reunión preparatoria de octubre también en Corea.

Además, los mandatarios se comprometen a contenerse de llevar a cabo iniciativas proteccionistas que incluyan influir en las monedas para 'apreciarlas o devaluarlas', un matiz nuevo en el borrador. Para añadir más leña al fuego, el ex presidente de la Reserva Federal Estadounidense, Alan Greenspan, asegura este jueves en el Financial Times que EEUU está maniobrando para mantener su moneda con una cotización baja, lo mismo que China.

Greenspan no señala abiertamente a la Fed y su último movimiento de inyección masiva de capital. La apreciación de Greenspan es una bomba de relojería, ya que EEUU ha negado por activa y por pasiva que la compra de 600.000 millones de dólares en bonos del Tesoro sirva para mantener bajo el precio del billete verde. Geithner se ha reafirmado hoy en que EEUU no toma ninguna medida para controlar a la baja el precio de su moneda.

Las acciones de política monetaria de EEUU están siendo muy criticadas por los países emergentes ya que están recalentando sus mercados, que se inundan de dólares que buscan más rentabilidad de la que ofrece ahora mismo la Fed (0%).

Taiwan ha impuesto esta semana límites a la compra de su deuda por parte de extranjeros. En octubre fueron Brasil y Tailandia los que impusieron medidas similares y Corea del Sur tomó medidas para contener el mercado de derivados. Además, los bancos centrales de Suráfrica e Israel están comprando dólares para mantener bajas sus divisas.

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