Este artículo se publicó hace 12 años.
Obama sella en la OTAN la retirada de Afganistán con vistas a la reelección
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, selló hoy el plan para poner fin en 2014 a la guerra en Afganistán, cada vez más impopular, en una cumbre de la OTAN que le sirvió también de escaparate para remarcar su compromiso con la recuperación económica con vistas a la reelección.
Obama llegaba a su ciudad de adopción, Chicago, con el objetivo de que la OTAN avalara su plan para la retirada de Afganistán y de lograr un compromiso entre los socios de la Alianza para no abandonar a las fuerzas afganas a partir de 2015.
Y la cumbre mantuvo el rumbo fijado para que la mayor parte de las tropas aliadas salgan de Afganistán a finales de 2014.
Además, la OTAN lanzará una nueva misión en ese país a partir de 2015 encargada de formar y asesorar a las fuerzas de seguridad afganas.
"Nuestra coalición está comprometida con este plan de llevar la guerra de Afganistán a un final responsable", recalcó Obama en una rueda de prensa al término de la cumbre.
El cierre de la guerra "no marca el fin de los desafíos en Afganistán ni de nuestro compromiso con ese importante país, pero estamos haciendo un progreso sustancial en nuestro objetivo central de derrotar a Al Qaeda", agregó.
Según las últimas estadísticas, casi 2.000 militares estadounidenses han fallecido en Afganistán desde que el Gobierno de George W. Bush decidió invadir el país en octubre de 2001 para eliminar a la red terrorista Al Qaeda, responsable de los atentados del 11S contra Nueva York y Washington.
El descontento de los estadounidenses con la presencia de su país en Afganistán va en aumento, de acuerdo con encuestas recientes, y esa sensación creciente de que la guerra no vale la pena puede pesar entre los votantes.
Los talibanes "siguen siendo un enemigo fuerte y los logros son todavía frágiles", advirtió Obama al argumentar que la salida de Afganistán es un "proceso, a veces complicado", como lo fue la retirada de Irak, que se completó a finales de 2011.
De cara a las elecciones presidenciales de noviembre, en las que buscará un segundo mandato, a Obama también le interesa que la eurozona salga de la crisis, porque eso repercutirá favorablemente en la recuperación económica en Estados Unidos, todavía frágil.
Por eso ha aprovechado su papel de anfitrión en esta cumbre de la OTAN y en la del G8, que tuvo lugar en Camp David entre el viernes y el sábado, para posicionarse sobre el debate abierto acerca de cómo salir de la crisis en Europa y pedir que se actúe con urgencia.
"Tenemos que asegurarnos de que los bancos son recapitalizados en Europa para que los inversores tengan confianza. Y tenemos que asegurarnos de que hay una estrategia de crecimiento junto con la necesidad de disciplina fiscal", indicó en su rueda de prensa en Chicago.
También abogó por "una política monetaria que promueva la capacidad de países que, como España e Italia, han puesto en marcha objetivos muy duros y políticas muy duras".
La "buena noticia", según Obama, es que en la cumbre del G8 hubo "consenso" en que en Europa se necesita en estos momentos un equilibrio entre austeridad y crecimiento.
"Lo que sucede en Grecia tiene impacto aquí, en Estados Unidos. Las empresas son más reticentes a invertir si ven una gran cantidad de incertidumbre que se aproxima desde el otro lado del Atlántico", apuntó Obama.
Metido ya de lleno en campaña electoral, la única cumbre que le queda pendiente a Obama es la del G20, a la que asistirá en junio en Los Cabos (México).
Mientras, las últimas encuestas dan un empate técnico en intención de voto entre él y el probable candidato presidencial republicano, Mitt Romney.
Romney consiguió en abril situarse a la altura del presidente en fondos recaudados, según datos de ambas campañas publicados hoy.
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