Este artículo se publicó hace 16 años.
Obama y McCain intensifican sus ataques a pocas horas del segundo debate
Los candidatos presidenciales de EE.UU., Barack Obama y John McCain, elevaron hoy el tono de sus mutuas acusaciones, en un momento en el que el primero se afianza en las encuestas y a pocas horas de su segundo debate electoral.
Obama y McCain se verán hoy las caras en Nashville (Tennessee), en un nuevo debate de 90 minutos, que comenzará a la 01.00 GMT del miércoles.
El candidato demócrata supera en las encuestas nacionales a su rival republicano por seis puntos, según el último sondeo de The Wall Street Journal y está tomando ventaja en al menos cinco de los estados bisagra, Indiana, Nuevo Hampshire, Carolina del Norte, Ohio y Wisconsin, según el canal CNN.
En este ambiente, la campaña del republicano McCain lanzó hoy en todo el país un anuncio televisivo de 30 segundos titulado "hipócrita", en el que acusa al demócrata Obama de recurrir a "falsedades" cuando se cuestiona su trayectoria.
La inmediata respuesta de la campaña de Obama fue un vídeo titulado "el tema", en alusión a la crisis económica, en el que destaca que McCain está desconectado de la realidad, no tiene ideas ni un plan para la economía y recurre a tácticas engañosas para desprestigiar a su rival.
"Mientras, los estadounidenses pierden sus empleos, casas y ahorros, es hora de (elegir) un presidente que cambie la economía, no que cambie de tema", subraya el anuncio.
En este contexto, los candidatos debatirán esta noche en la Universidad Belmont de Nasville frente a millones de televidentes.
Durante hora y media contestarán preguntas del público y otras de algunos de los más de seis millones de personas que han enviado preguntas a través de "MySpace" a los organizadores del debate.
Se prevé que los candidatos contesten entre 15 y 20 preguntas, entre las seleccionadas por el moderador Tom Brokaw, de la cadena NBC, y las de los votantes "indecisos" que compartirán el escenario con Obama y McCain.
Para James Lindsay, analista de la Universidad de Texas en Austin, este debate será clave sobre todo para McCain, que está rezagado en las encuestas y puede sacar ventaja de un formato con el que, en principio, se siente cómodo.
Algunos observadores consultados por Efe vaticinan que McCain continuará atacando a Obama en asuntos como la guerra de Irak, la política fiscal, la creciente expansión del Gobierno y sus presuntos vínculos con el militante radical Bill Ayers, que la campaña demócrata ya ha negado.
Los demócratas han dejado claro que si McCain continúa por ese derrotero se topará con más ataques sobre el escándalo financiero de los años 80 conocido como "Keating five" y su rechazo a la regulación de la empresa privada que, a juicio de la oposición, originó el descalabro actual del sistema financiero.
Después de los dos mandatos republicanos de George W. Bush, cuya popularidad está en torno al 30 por ciento, McCain no lo tiene fácil en parte porque está calando el mensaje demócrata de que elegirlo será tener "un tercer mandato de Bush".
Por ello, McCain, quien prometió cambiar la cultura política en Washington, intenta convertir el resto de la contienda en un referendo sobre Obama y su capacidad de liderar el país.
Obama insiste en que McCain continuará con las fallidas políticas económicas del presidente George W. Bush.
"La gente dice que los detesta pero los anuncios negativos funcionan porque nos ayudan a separarnos del otro bando y es lo que intentan hacer quienes hacen campaña", dijo Phil Bredesen, gobernador demócrata de Tennessee, en declaraciones a la prensa extranjera.
Pero es muy posible que el debate represente cierta tregua.
Kristine Lalonde, experta en historia electoral en la Universidad Belmont, dijo a Efe que "en presencia de votantes de carne y hueso es más difícil recurrir a ataques, porque la gente les presentará casos reales sobre los problemas del país".
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