Este artículo se publicó hace 12 años.
Octava retractación marca caída de estudios sobre cáncer pulmonar
Por Ivan Oransky
Como para recordarcuánto colapsó la alguna vez elogiada investigación del cáncerpulmonar, un ex-oncólogo de Duke y su equipo publicó esta semanasu octava retractación de un estudio.
El doctor Anil Potti y sus coautores retiraron formalmenteun estudio publicado en el 2008 en Journal of the AmericanMedical Association (JAMA) en el que se describía una "firmagenética" que demostraría qué pacientes con cáncer responderíana cada tratamiento.
Los autores escriben en el sitio de internet de JAMA queestán retirando el estudio porque surgía de un método que ahoraconsideran que no es confiable. Ese enfoque, que ningún otroequipo pudo reproducir, lo había publicado Nature Medicine en el2006 en un estudio que la revista retiró.
Este es otro ejemplo de un grupo de investigadores (algunosde los cuales tenían intereses económicos en el método)excesivamente entusiasmados con resultados muy promisorios parapacientes muy enfermos, pero que no lograron superar elescrutinio de pares.
Esta retractación es la octava de una docena que habíananunciado portavoces de Duke, junto con otra docena decorrecciones y retractaciones parciales. El equipo de Duke habíapublicado 40 artículos, muchos de los cuales otros científicoscitaron cientos de veces, según revela Web of Knowledge, deThomson Scientific.
El estudio que acaba de retirar JAMA recibió gran coberturade los medios, incluido un artículo de Reuters Health 1 de abrildel 2008.
Las revistas y las universidades comenzaron un análisisintensivo del trabajo luego de que Potti mencionara premios ybecas que nunca había recibido al solicitar subsidios deinvestigación.
Todo esto fue "un gran revés", dijo el doctor Otis Brawley,director médico de la Sociedad Estadounidense de Oncología.
"Lo que sucedió en Duke muestra a una gran cantidad depersonas preocupadas por información genómica demasiadocomplicada, lo que permitió fácilmente que alguien creara unfraude científico", resumió Brawley.
ATRAPADO POR "IMPRECISIONES" EN EL CV
Keith Baggerly, experto en genómica del Centro de OncologíaM.D. Anderson, en Houston, comenzó a revisar los datos delequipo de Duke inmediatamente después de la publicación enNature Medicine.
Un colega se acercó a él y a Kevin Coombes con la esperanzade poder utilizar la información para mejorar el tratamiento delos pacientes de M.D. Anderson.
Pero Baggerly y Coombes detectaron varios problemas en lainvestigación, incluidos los errores en la calificación de losdatos. Entonces, le pidieron la información al equipo de Duke,que demoraba el envío.
Algunas revistas empezaron a publicar sus críticas, juntocon los argumentos de defensa del equipo de Potti. Mientras, enDuke, continuaban los ensayos clínicos con la firma genética.
Los cuestionamientos de Baggerly fueron ignorados hasta que,en julio del 2010, la revista The Cancer Letter informó quePotti se había atribuido falsamente ser becario de Rhodes en unasolicitud de un subsidio de la Sociedad Estadounidense deOncología.
En pocos meses, los ensayos se suspendieron y Duke ledevolvió a esa sociedad científica 729.000 dólares.
Potti renunció a Duke en noviembre del 2010 y, desdeentonces, ejerce en una clínica privada de oncología con sedesen Carolina del Norte y Carolina del Sur.
El experto, sus colegas y Duke están enfrentando dosjuicios de nueve pacientes de los ensayos. Otros once casosllegaron a un arreglo de 75.000 dólares cada uno, segúnregistros del Consejo Médico de Carolina del Norte, que sancionóa Potti por las "imprecisiones" en las solicitudes presentadas yen su curriculum vitae (CV).
Según el documento de retractación de JAMA, Potti trabaja enMyrtle Beach, donde está la sede de Carolina del Sur del CentroOncológico de la Costa. Pero una persona que atendió el teléfonoinformó que él no trabajaba allí y que no estaba disponibleporque estaba en consulta.
Brawley comentó que es muy difícil para los abogadosdefensores probar que los pacientes sufrieron daños durante losensayos.
"Tampoco creo que los pacientes resultaran perjudicados porrecibir cierta quimioterapia", dijo. Las opciones empleadas enlos ensayos eran terapias aceptadas y que sus médicos decabecera les habrían indicado. Pero ese no fue el único riesgo.
"Lo que me preocupa es que algunos pacientes hayan vueltopara que se les hicieran nuevas biopsias y análisis delaboratorio. Si eso ocurrió dentro del ensayo, fueronprocedimientos innecesarios y con riesgos. Espero que nadie hayasufrido daños", señaló Brawley.
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