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Özdemir, el primer apellido turco al frente de un partido alemán

EFE

El eurodiputado germano-turco Cem Özdemir fue elegido hoy presidente de los Verdes, partido nacido en los 80 como movimiento ecopacifista, que se convirtió así en la primera fuerza parlamentaria alemana liderada por un hijo de inmigrantes.

Özdemir tomará el relevo a Reinhard Bütikofer, quien se despidió tras seis años en el cargo, y de acuerdo a la tradición de cúpula bicéfala de los Verdes compartirá su jefatura con Claudia Roth.

La carrera de este hijo de un matrimonio turco, de 42 años y símbolo de la generación germano-turca que ha encontrado el camino a la integración, tomó tintes históricos al convertirse en primer diputado de ese origen del Bundestag (parlamento federal), en 1994.

Özdemir no es ni de lejos un Barack Obama, pero sí se permitió lanzar un guiño a ese electorado, al preguntarse en voz alta, en un programa radiofónico, por qué no iba a haber algún día una canciller "llamada Anastasia o Ayse", como si la lucha común ahora fuera ver a una mujer de origen extranjero en el poder de Alemania.

Hoy dio un paso más en su papel de estandarte de las aspiraciones de los ciudadanos de Alemania de origen extranjero -ocho millones- a conquistar su parcela en la vida política del país donde viven.

Los Verdes, surgidos como amalgama del movimiento antinuclear que lideró Petra Kelly y "domesticados" como socio de gobierno fiable bajo el canciller Gerhard Schröder, se apuntaron con ello una muesca más en su currículum de fuerza dispuesta a romper esquemas.

Nacido en la ciudad suaba de Bad Urach, en diciembre de 1965, docente y pedagogo de formación, Özdemir escaló pronto posiciones dentro de un partido que se dice defensor de las minorías.

Sonriente y conciliador, ha sido el "turco suabo" de los Verdes desde que ingresó en la formación, en 1981, y poco después miembro de la cúpula de la agrupación de Baden-Württemberg.

Su primer hito fue lograr el escaño del Bundestag. Ocho años después sufrió el peor revés de su carrera, al revelarse su uso privado de millas aéreas acumuladas como diputado.

Lo que en otro político hubiera sido un mero traspiés se convirtió en lamparón la carrera del "turco modélico" que no puede permitirse deslices éticos.

Özdemir devolvió el escaño, purgó por sus errores retirado una temporada en Estados Unidos. Luego, calmadas las aguas, regresó como eurodiputado, en 2004.

Su trabajo en la Eurocámara le ha rehabilitado como defensor tenaz de los derechos de la inmigración y las aspiraciones de Turquía a ingresar en la UE. Los Verdes hicieron como que le perdonaron los pecados del pasado y lo eligieron presidente.

Su perfil político algo ambivalente viene, además, como anillo al dedo a un partido que dejó atrás los años de la revuelta y se ha consolidado como formación "establecida".

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