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La ofensiva Mafo-Rajoy

El Banco de España ha estado discretamente tras los bastidores en los acontecimientos de los últimos días

ERNESTO EKAIZER

Rodrigo Rato ha comenzado a moverse como presidente in pectore de Caja Madrid. Ha mantenido conversaciones con el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Mafo), y todas las partes en liza. Es como si por una fracción de segundo la moviola da un golpe hacia atrás en el tiempo y la película retrocede a los años ochenta del sistema financiero español. ¡Quién iba a decirle a Rato que, como en las viejas épocas de Mariano Rubio, ahora le tocaría a él ser el hombre del Banco de España para poner orden en una entidad financiera, con el apoyo del líder de la oposición, Mariano Rajoy, cuyo objetivo personal es frenar la presidencia de Ignacio González, el Mario Conde camino de la presidencia de Banesto, perdón, Caja Madrid! El Banco de España ha estado discretamente tras los bastidores en los acontecimientos de los últimos días.

La fase más dramática de esta historia arranca el jueves 22, cuando Rajoy y Esperanza Aguirre se reúnen en Génova. El líder del PP había mantenido conversaciones con la vicepresidenta Elena Salgado y el gobernador del Banco de España. El mensaje de ambos es idéntico: existe preocupación por la sucesión de Miguel Blesa en Caja Madrid, paralizada por un procedimiento judicial, y se veta al candidato Ignacio González, que prepara el asalto a la presidencia desde hace más de un año, por su falta de experiencia financiera.

Rajoy tiene sus cuentas pendientes con Ignacio González

Rajoy decide vetarlo también en la reunión del jueves 22. Aparte de las razones aportadas por el Banco de España, tiene sus cuentas pendientes con González. El Banco de España por razones profesionales, él por razones políticas.

En este cómic de lucha descarnada por el poder, el viernes, 23 de octubre, al día siguiente del encuentro en Genova, Aguirre recibe un mensaje: el Gobierno vetaba oficialmente el nombramiento de González.

Pero cuando todo este proceso parece encarrilarse, Ruiz-Gallardón y Manuel Cobo deciden cobrar la factura a Aguirre. Y la sientan en el banquillo a través de una radiografía de las prácticas políticas de la Comunidad de Madrid, tarea que se plasma en las declaraciones de Manuel Cobo el lunes 19.

Ruiz-Gallardón decide convertir la derrota táctica (todavía no oficial) de Aguirre en Caja Madrid en una derrota estratégica irreversible. Rajoy, desde la barrera, cree que esas declaraciones han sido un error. Porque se convierten en un bumerán autodestructivo.

Rato tiene que bajar de las alturas a la arena

Esperanza, ahora, ha vuelto a su posición anterior al viernes 23. La elección se produce en los órganos de Caja Madrid. '¡Si quieren a un candidato distinto a mi Ignacio González vayan ustedes a pelear a la arena!', viene a decir. Y se centra en la batalla por la defenestración y/o castigo de Cobo, desafiando a quien ya es, para ella, 'el señor Rajoy'.

Si Ricardo Costa ha sido ejecutado finalmente por su actitud desafiante, ¿cómo permanecer sin hacer nada ante las acusaciones de prácticas mafiosas de Cobo?

Rato ya está en marcha. Pero tiene que bajar de las alturas a la arena. Y está la jueza Inmaculada Vacas. Y existen no uno sino dos recursos de impugnación de la ley electoral. El del Ayuntamiento de Madrid y el de Barcelona.

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