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Ofensiva talibán para boicotear las elecciones

Los insurgentes asesinan a 14 civiles, la mayoría niños

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Los talibanes están incrementando el número de atentados contra la población civil a falta de una semana para las elecciones presidenciales. Ayer, 14 personas, la mayoría niños menores de 12 años, murieron a consecuencia de la explosión de dos artefactos colocados por los insurgentes en el sur de Afganistán.

Once de los civiles fueron asesinados en la provincia meridional de Helmad, justo cuando estalló una mina al paso de su vehículo por la zona. Las otras tres muertes tuvieron lugar en la vecina provincia de Kandahar. Tres niños perdieron la vida cuando una bomba fue detonada por los talibanes cerca del lugar en el que estaban jugando, según relata el agente policial Shah Faruqui.

Este recrudecimiento indiscriminado de la violencia se está llevando a cabo, sobre todo, en las provincias de Helmad y Kandahar, regiones que son el principal bastión de la insurgencia talibán. En esas regiones, los terroristas han exigido a los ciudadanos que boicoteen las elecciones y que no acudan a ejercer su derecho al voto el próximo 20 de agosto.

El portavoz del gobernador provincial de Helmad, Daoud Ahmadi, no dudó en responsabilizar de los ataques a los talibanes, o como él dice, 'a los enemigos de Afganistán'.

Para intenar frenar el aumento de los atentados en Helmad, donde ayer también murieron tres soldados británicos en una emboscada talibán, 400 marines estadounidenses y 100 soldados del ejército afgano, se han desplazado a la zona y comenzaron ayer la ofensiva Firmeza Oriental II. Otro de los principales objetivos de esta misión, al margen de reducir la violencia actual, es garantizar la seguridad de los comicios presidenciales.

Los talibanes no sólo están intentando amedrentar a los civiles. Los ataques terroristas también van destinados contra la clase política. Ayer, el ex presidente afgano, Burhanudín Rabani, tuvo la fortuna de salir ileso de un ataque contra su convoy en el norte del país. Según el jefe del distrito, Habibulá Muhtashim, 'los escoltas del antiguo presidente abortaron el asalto y mataron a tres integristas'.

Además de ese intento de asesinato contra Rabani, la insuregncia ha organizado en semanas previas varios ataques contra personalidades políticas y personal del equipo electoral de los candidatos. A finales de julio, un ayudante del aspirante Abdullah Abdullah murió durante un ataque talibán y el candidato a vicepresidente, Mohamed Qasim Fahim, que concurre en la misma candidatura que el actual presidente Hamid Karzai, que también ha sido objetivo de la insurgencia, salió indemne de un atentado contra su séquito.

Pese a que los talibanes están realizando una ofensiva muy sangrienta en el sur del país, en la provincia de Kunduz, al norte de Afganistán, los insurrectos también mataron a un jefe de policía de distrito durante un ataque a un edificio gubernamental.

En medio de la escalada de la violencia insurgente, Karzai ha intentado rebajar el clima de tensión y ha ofrecido a sus dos principales rivales para la presidencia, Abdullah Abdullah y Ashraf Ghani, puestos en el Gobierno en caso de que salga reelegido. Aún así, Abdullah aclaró que 'la población es la que decide quién gobierna'.

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