Este artículo se publicó hace 13 años.
La ofrenda a Casanova repite el blindaje para aislar a los políticos de los abucheos
La tradicional ofrenda al monumento de Rafael Casanova en Barcelona ha repetido este año blindaje policial para aislar a los políticos catalanes de los abucheos de los más radicales.
Como ya ocurrió el año pasado, aún con el socialista José Montilla como presidente de la Generalitat, los accesos al tramo de la Ronda de Sant Pere de Barcelona a la altura del monumento se encuentran cortados y las decenas de personas que habitualmente acuden a presenciar la ofrenda se encuentran a un centenar de metros de la estatua.
Los abucheos e insultos de grupúsculos independentistas radicales cada vez que los dirigentes de un partido depositaban su corona de flores se había convertido en algo habitual.
La delegación del Generalitat encabezada por Artur Mas y el resto de sus consellers han sido de los primeros en depositar su ofrenda a los pies de la estatua de Rafael Casanova, a la que alguien le ha colocado en la mano una bandera "estelada" -independentista-.
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