El director del Festival de Cine de San Sebastián, Mikel Olaciregui, ha asegurado que el cine de Latinoamérica ha evolucionado en los últimos años hacia una forma de expresión "nueva y muy poderosa", diferente a la producción anterior, "de temática muy social".

"Es muy fácil encontrarnos películas que están contándonos, con un lenguaje muy diferente al de hace diez o quince años, la problemática y la vivencia de ser latinoamericano, y la conciencia también. Están cosechando además muchísimos premios en festivales internacionales y en los Oscar, cuando ese cine era muy raro que estuviese presente en ese tipo de foros", ha destacado.

Olaciregui ha dicho a Efe que son maneras de narrar "muy intimistas, minimalistas, que antes no existían" y que opina que pueden responder "a una forma alternativa para mostrar las dificultades que están viviendo los ciudadanos de esos países".

Ha señalado que además esas cinematografías tiene actualmente "mucha más producción", aunque observa que sus estructuras siguen siendo "precarias".

"Son sistemas de producción que no están consolidados y cuando una película se empieza a rodar no está claro que vaya a encontrar las fuentes de financiación necesarias para su finalización", ha asegurado Olaciregui.

Ha explicado que tanto el Festival de San Sebastián como el francés de Toulouse lo siguen constatando en cada convocatoria de Cine en Construcción, una iniciativa que ambos certámenes desarrollan desde hace nueve años para apoyar a películas inacabadas por problemas de postproducción.

Esta sección, que se creó en 2002, cuando Argentina vivía su "corralito" financiero, nació para resolver lo que pensaron que podía ser algo "coyuntural", pero sigue recibiendo peticiones de entre 60 y 80 películas por edición -en septiembre se celebra la decimoctava dentro del certamen donostiarra-.

Se suelen seleccionar media docena, aunque en el 58 Festival de San Sebastián serán siete -de México, Guatemala, Colombia y Chile- las que buscarán, el 21 y 22 de septiembre, el respaldo de los productores europeos. "Las siete merecen ser acabadas", ha subrayado.

La gran mayoría logran terminarse en un plazo de seis a doce meses y además obtienen premios en festivales internacionales, ha asegurado.

"Pero Cine en Construcción se ha convertido además en una marca de éxito y, como no tienen la obligación de darnos la primicia, las películas pasan por festivales como los de Cannes, Berlín o Rotterdam. A veces las recuperamos para la sección Horizontes (dedicada al cine latinoamericano)", ha explicado Olaciregui, que se despide este año como director del certamen donostiarra.