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Oliveira seguirá trabajando en 2010 porque si para o le jubilan, se muere

EFE

El director de cine portugués Manoel de Oliveira, que acaba de cumplir 101 años, comienza en 2010 una nueva película porque "todo en la vida se mueve hasta el último momento", y de ahí -explica su productor, Luis Mingarro-, que siempre haya que estar activo: "cuando uno se aparca o lo jubilan, se muere".

Con estas palabras de Manoel de Oliveira definía Luis Miñarro la inagotable actividad del centenario maestro, contemporáneo de Luis Buñuel, King Vidor, Alexander Korda o Charles Chaplin, para anunciar el comienzo del rodaje, en el primer trimestre de 2010, de "El extraño caso de Angélica".

La película, que protagonizará su nieto y actor fetiche Ricardo Trepa y la española Pilar López de Ayala, comienza con el trabajo de un joven fotógrafo sobre el precioso cadáver de una muerta: una historia de amor platónico, ha dicho Trepa.

"Él quiere seguir trabajando y haciendo películas, que es lo que más le gusta en la vida", explicaba su nieto, quien comentaba la buena salud de su abuelo y le excusaba por cansancio, tras viajar desde Río de Janeiro.

Tanto Trepa como Miñarro han compartido hoy una rueda de prensa para presentar la "penúltima" película de Oliveira, "Singularidades de una chica rubia".

"Durante el rodaje, Oliveira me dijo que la vida es actividad y que todo en la vida se mueve hasta el último momento, y de ahí que haya que estar siempre activo, porque cuando uno se aparca o lo jubilan, es cuando se muere: por eso está siempre fabulando y preparando nuevos proyectos", ha detallado Miñarro.

La película, que ha pasado por veintinueve festivales, entre ellos Berlín, Karlovy Vary, Toronto y Venecia, se estrena el próximo viernes en Madrid, con sólo algunos pases comerciales previos en salas de Portugal y Francia, países coproductores del film.

Se distribuirán sólo cinco copias -Madrid, Barcelona, Valencia, Valladolid y Gerona-: "esta es la salida de la película de un maestro en España, debería hacernos pensar cuál es la situación", manifestó el productor, "bastante enfadado", dijo, por ello.

Miñarro, productor de 17 películas, entre ellas, "Cosas que nunca te dije", de Isabel Coixet, y "En la ciudad de Sylvia", de José Luis Guerín, ha asegurado que financiar esta película, que además se hacía con motivo del centenario de su nacimiento, "ha sido la que más me ha costado siendo la que parecía más fácil: era Manoel de Oliveira, y para mí, lo mismo que trabajar con Buñuel", comenta.

"Me he encontrado con mucha puertas cerradas", afirma el productor que también achaca a "la miopía del sector de la exhibición" que, a causa de la corta duración de la película -63 minutos-, mientras en las salas europeas hacían varios pases por día, aquí ha habido que complementarla con un corto: "Mudanza", de Pere Portabella.

Basada en un cuento del escritor José María Eça de Queirós -a quien también dedica en la cinta un pequeño homenaje-, la película cuenta la historia del joven Macario (Ricardo Trepa) que se enamora de Luisa (Catarina Wallenstein), una rubia que se abanica con un paipái chino frente a su ventana.

La acción transcurre en una anacrónica Lisboa que se maneja en euros, pero decimonónica en las costumbres de su aburguesada clase alta, donde el joven Macario pierde su trabajo por defender ante su tío -y jefe- su deseo de casarse con Luisa; luego se arruina por avalar a un amigo y finalmente pierde al amor de su vida al que renuncia tras descubrir que ha robado un anillo.

"Es que cosas que hace 70 años eran una aberración, como robar, ahora son algo normal", explica Miñarro, mientras Trepa apunta que esos mismos valores "son los que tiene Oliveira, y muy fuertes".

La película está llena de lenguaje metafórico y pequeños símbolos, salpicados por toda la cinta, como el reloj de la iglesia, que no tiene manillas, pero da las campanadas a tiempo, "con sutil humor y mucha ironía", ha considerado Miñarro.

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