Este artículo se publicó hace 16 años.
La onda expansiva de la "Estafa Madoff" se amplía por medio mundo
La onda expansiva de la "Estafa Madoff", la mayor por el método de pirámide financiera de la que se tiene noticia, no deja de poner al descubierto afectados por medio mundo, desde el propio Steven Spielberg, hasta decenas de bancos y miles de inversores en Europa y Asia.
Aunque inicialmente el propio Bernard Madoff dijo, desde que esta figura de las finanzas fuera detenida el pasado jueves, que sus clientes rondaban las dos docenas, cientos de inversores hacen cuentas para saber cuánto dinero podrían perder.
"Algunos de los mayores bancos y fondos se están sumando a la lista de afectados, además de las muchísimas historias de inversores particulares y grandes fortunas personales que confiaron en Madoff, una verdadera leyenda en Wall Street, y que ahora lo van a perder todo", resumía hoy David Faber, analista de CNBC.
Entre quienes ya tenían inversiones con Madoff sorprende el gran número de entidades europeas: Desde las francesas BNP Paribas, Crédit Agricole y Société Générale, Natixis, hasta las italianas Unicredit y Banco Popolare o las británicas Royal Bank of Scotland, HSBC y Man Group.
En Suiza se habla de 4.200 millones de dólares invertidos por bancos y fortunas familiares, mientras que en España, temen pérdidas el Santander, el BBVA, la Banca March, Banesto y Caja Madrid, entre otros muchos.
"Probablemente sea el mayor escándalo en la historia de los mercados", en palabras de Nicola Horlick, de la gestora de Bramdean Alternatives, pues ha afectado incluso a Oriente, donde una entidad tan poderosa como Nomura, la mayor casa de valores de Japón, podría perder más de 300 millones de dólares.
En Estados Unidos obviamente las víctimas son muy numerosas y afecta a todo tipo de inversores, entre ellos el cineasta Steven Spielberg, cuya Fundación Wunderkinder había confiado depósitos a Madoff.
Entre los estafados también hay muchos multimillonarios, como el dueño del equipo de béisbol New York Mets, Fred Wilpon; el ex propietario del equipo de fútbol americano Philadelphia Eagles, Norman Braman; el dueño del New York Daily News, Mortimer Zuckerman, o el presidente del Consejo de GMAC, el brazo financiero de la malograda General Motors, Ezra Merkin.
Con estrechos lazos con la poderosa comunidad judía neoyorquina, el financiero de 70 años también ha perjudicado a muchas personas y sociedades vinculadas a esa confesión, como las fundaciones Robert I. Lappin Charitable, dedicada a financiar viajes de jóvenes judíos a Israel, la Chais Family Foundation, que defiende causas judías en el extranjero, y la Elie Weisel, para supervivientes del holocausto.
Con tal cantidad de afectados, los hijos del financiero, que supuestamente fueron quienes denunciaron a su padre, son víctima de todo tipo de amenazas, según The Wall Street Journal.
Además, su oficina en el conocido edificio Lipstick de Manhattan está vigilada durante las 24 horas, para evitar la sustracción de pruebas o fondos ligados a una estafa que, según su propio impulsor, podría alcanzar los 50.000 millones de dólares.
Mientras, cada vez son más las voces que expresan su desconcierto e indignación hacia los reguladores estadounidenses, a los que la estafa parece haberles pillado por sorpresa pese a que se cree que lleva en marcha desde hace casi dos décadas.
El conocido analista estadounidense Bill Griffeth defendía hoy que uno de los grandes problemas fue que a las autoridades "les resultaba incómodo preguntar a Madoff" sobre la transparencia de sus cuentas, dada su reputación y contactos.
Estas críticas se suman a las recibidas por permitir que las hipotecas "subprime", con condiciones que rallan la usura, y los complejos instrumentos financieros vinculados a ellas inundaran los mercados y provocaran la crisis crediticia actual, que la "estafa Madoff" no hará sino empeorar.
"Los números no paran de crecer y realmente se pueden acercar a los 50.000 millones que él mismo Madoff dijo" al confesar a sus hijos que su imperio no era más que un gigantesco "esquema Ponzi", aseguraba Faber.
Ese término se refiere a un sistema de inversión piramidal que promete alta rentabilidad sin un negocio real que lo respalde, pues los intereses que cobran los primeros en invertir se pagan con las aportaciones de los nuevos inversores.
Madoff, conocido entre algunos de sus clientes como "el bono judío" por su pago periódico de rentabilidades, deberá esperar hasta final de la semana para escuchar de qué cargos le acusa la comisión del mercado de valores estadounidense (SEC).
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