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La ONU acogerá a los líderes más polémicos

Ahmadineyad y Gadafi centrarán la atención y las protestas

ANTONIO LAFUENTE

La 64 Asamblea General de la ONU, la feria de la política internacional en la que los mandatarios de todo el planeta revisan cada septiembre la situación del mundo, no toma desprevenida a Nueva York que, como todos los años, ya se ha preparado para recibir a los líderes mundiales, aunque unos sean mejor bienvenidos que otros.

De los más de 120 presidentes, jefes de Gobierno, ministros de Asuntos Exteriores y otros representantes que este año han confirmado su presencia, los líderes más molestos a decir por las protestas organizadas contra ellos son dos sospechosos habituales de la política internacional: el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y el presidente libio, Muamar al Gadafi.

Una ONG amenazó con un boicot y dejó sin banquete a Ahmadineyad

Algunas de esas protestas han tenido efectos inmediatos. Por ejemplo, la organización Unidos Contra un Irán Nuclear ha logrado que el hotel Hemsley, donde se iba a hospedar Ahmadineyad, haya cancelado el banquete con discurso incluido que este tenía pensado celebrar allí, después de que ese grupo de presión amenazara a sus directivos con boicotearlo.

También Gadafi ha tenido que cambiar sus planes de alojamiento. Después de 40 años en el poder y de haber sido rehabilitado públicamente por los líderes de la comunidad internacional, el líder libio ha decidido acudir por primera vez a la Asamblea General de la ONU.

Gadafi quería instalar su jaima en Central Park, pero la alcaldía de Nueva York le dijo que no podía. Tampoco se la han dejado plantar en la vecina localidad de Englewood, en el estado de Nueva Jersey, cerca de donde viven algunos de los familiares del atentado de Lockerbie.

Gadafi acudirá por primera vez a la Asamblea tras 40 años en el poder

Diversos grupos han anunciado además manifestaciones en las inmediaciones de la sede de la ONU en contra de Ahmadineyad y Gadafi, así como contra los representantes de Birmania. Además se prevé que, como cada septiembre, organizaciones de distinta índole vayan anunciando durante la Asamblea General su postura a favor y en contra de diferentes causas. Entre ellas destaca el cambio climático, de especial relevancia ya que el martes se celebra una cumbre monográfica sobre el tema, y sobre la creación del Estado palestino, de la que volverá a hablarse una vez más en la reunión que mantendrán hoy el primer ministro israelí, Benjamín Netan-yahu; el presidente palestino, Mahmud Abás, y el presidente de EEUU, Obama.

Pero Nueva York es muy grande y las manifestaciones, normalmente pequeñas, como la que ayer por la mañana celebraba un grupo de ciudadanos chinos ante el hotel Waldorf Astoria para dar la bienvenida a su presidente, Hu Jintao. Además, los neoyorquinos están ya acostumbrados a las molestias de la Asamblea General y saben esquivar con indiferencia las calles cerradas al tráfico diario por medidas de seguridad y por comodidad de los dirigentes.

De esa forma, la ONU, que está en la margen derecha del East River, queda un tanto al aislada de la ciudad, que para muchos neoyorquinos es tanto como del mundo.

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