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La ONU buscará en España la forma de salvar el acuerdo climático

Reuters

Los negociadores del clima de 175 países se reunirán en España la próxima semana en una ultima sesión para intentar romper el estancamiento entre ricos y pobres y salvar un acuerdo de la ONU en Copenhague en diciembre.

Las conversaciones del 2 al 6 de noviembre en Barcelona a las que asistirán casi 4.000 delegados, encabezadas por altos funcionarios gubernamentales, tratarán de poner fin a las profundas divisiones sobre el reparto de la reducción de cuotas de emisión de gases de efecto invernadero y la manera de recaudar los miles de millones de dólares necesarios para ayudar a los pobres a hacer frente al calentamiento global.

En un paso adelante, el primer ministro británico, Gordon Brown, dijo que los líderes de la UE se habían puesto de acuerdo sobre los fondos en una reunión el viernes donde se propusieron tres ofertas condicionadas para Copenhague. Dijo que los países pobres necesitan 100.000 millones de euros al año desde 2020.

Brown dijo a los periodistas en Bruselas que los estados de la UE pagarían su "cuota justa". "Creo que esto es un gran paso que nos hace avanzar hacia Copenhague", dijo.

La mayoría de los países industrializados no han presentado sus ofertas.

Todas las partes están de acuerdo de que el progreso ha sido demasiado lento desde que comenzaron las negociaciones en 2007, espoleado por las conclusiones del Panel Climático de la ONU que dijeron que las emisiones del mundo tendrían que caer en picado en 2015 para evitar el peor de los escenarios como la desertificación, las inundaciones, la extinción de especies o la subida de los mares.

"El tiempo casi se ha agotado", dijo Yvo de Boer, jefe de la Secretaria del Cambio Climático de la ONU, a los delegados en un mensaje de vídeo.

"En Barcelona, todos los países deben dar un paso atrás en el interés propio y dejar que el interés común prevalezca".

La peor crisis financiera desde los años 30 ha desviado la atención por el calentamiento global y las Naciones Unidas y muchos países dicen que un tratado jurídicamente vinculantes es imposible en la reunión de Copenhague del 7 al 18 de diciembre.

Es poco probable que el Senado de Estados Unidos apruebe la legislación para la reducción de la emisión de gases en el país antes de Copenhague, aumentado los temores de que otros países ricos tampoco estarán dispuestos a ofrecer recortes profundos.

"El tema es ¿Podemos ponernos de acuerdo en las cuestiones fundamentales?", dijo Michael Zammit Cutajar de Malta, presidente de un grupo de negociación de compromisos de todas las naciones. "Yo creo que podemos".

ENORME PUZZLE

"Políticamente, es un gran rompecabezas que se hagan cosas", dijo Bill Hare, del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático. Dijo que había habido demasiado optimismo respecto a que el presidente de EEUU Barack Obama pudiera dar un nuevo impulso este año.

"Hay un gran riesgo de acabar con una declaración difusa similar a la del G-8 que nos lleve a ningún sitio", dijo Mark Kenber, del comité de expertos Grupo Climático, con sede en Londres. El club del Grupo de los Ocho de los principales países industrializados suele emitir comunicados no vinculantes después de sus cumbres.

alegando que se han hecho ricos quemando combustibles fósiles desde la revolución industrial.

Hasta ahora las ofertas sobre la mesa de los países ricos recortan un total de entre el 11 y el 15 por ciento. Y los países desarrollados dicen que los pobres deben hacer también más para reducir el aumento de sus emisiones en el 2020. China, Estados Unidos, Rusia e India son los principales emisores.

"Es sumamente importante que mantengamos grandes ambiciones, para alcanzar lo que podemos considerar 'El acuerdo de Copenhague'. Nosotros no apoyamos la idea de aplazarlo a 2010", dijo Kim Carstensen del grupo ecologista WWF.

De Boer quiere un acuerdo en Copenhague en cuatro cuestiones clave: los recortes individuales de emisiones de las naciones ricas, las acciones de los países pobres para reducir el incremento de las suyas, la nueva financiación y tecnología para los países en vías de desarrollo y un sistema para supervisar los fondos.

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