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La ONU certifica el aislamiento internacional del régimen de Gadafi

EFE

La Asamblea General de la ONU certificó anoche el aislamiento internacional del régimen del líder libio, Muamar el Gadafi, con la expulsión del país magrebí del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la organización internacional.

La medida fue adoptada por consenso por los 192 países que conforman el organismo multilateral, en una demostración de que el líder libio se ha quedado casi sin amigos en la esfera internacional.

"Esta acción, que no tiene precedentes, envía otro mensaje claro a Gadafi y a quienes permanecen a su lado: Deben dejar de matar", afirmó en su intervención la embajadora de EEUU ante la ONU, Susan Rice, quien consideró que el líder libio ha perdido toda legitimidad y debe "marcharse ahora mismo".

A su juicio, la Asamblea actuó ayer en sintonía con las "nobles tradiciones" de Naciones Unidas y manifestó que quienes "apunten las armas contra su propio pueblo no tienen un lugar en el CDH".

La resolución de la Asamblea responde a la petición que le trasladó el viernes el CDH, después de que sus miembros acordaran en una sesión extraordinaria solicitar la suspensión de la participación de Libia en el organismo en respuesta a la violenta respuesta de Gadafi al levantamiento popular contra su régimen.

El embajador del Líbano ante la ONU, Nawaf Salam, en nombre de los patrocinadores árabes y africanos de la resolución, recordó que la Liga Árabe y la Unión Africana ya condenaron la semana pasada las acciones del régimen libio desde el inicio de la revuelta popular.

"Los países que proponemos esta resolución subrayamos que es un procedimiento excepcional y temporal" que se podrá revisar una vez se ponga fin a la violencia en el país magrebí, agregó.

Los únicos países que expresaron reservas a la medida fueron Venezuela, Cuba y Nicaragua, aunque ante el consenso existente en la sala no se opusieron abiertamente a la adopción de la resolución.

El embajador venezolano, Jorge Valero, calificó de "precipitada" la expulsión de Libia y consideró que se condena "a priori" al régimen de Gadafi sin haberse llevado a cabo una investigación creíble de la situación en el país.

Valero, al igual que sus homólogos cubano y nicaragüense, centró gran parte de sus críticas en Estados Unidos y acusó a Washington de tratar de aprovechar la crisis en Libia para apoderarse de sus reservas petroleras.

En respuesta, la embajadora estadounidense aseguró que el representante venezolano vive "en el mundo de la fantasía".

Por otro lado, varios países lamentaron en sus intervenciones que Libia, con un largo y polémico historial en materia de derechos humanos, hubiera sido elegida miembro del CDH por esta misma Asamblea General el año pasado.

El embajador costarricense, Eduardo Ulibarri, recordó que el régimen de Trípoli "no se convirtió en una voraz maquinaria represiva en las últimas semanas".

"Ese carácter ya lo tenía cuando fue elegido al Consejo el año pasado, pero, aún así, recibió suficientes votos para integrarlo. Por esto, la resolución es, también, una forma de enmendar el error cometido", apuntó.

La suspensión de la participación en el CDH se suma a las duras medidas adoptadas el sábado por el Consejo de Seguridad contra el régimen de Gadafi, al que impuso sanciones económicas y refirió a la Corte Penal Internacional (CPI) para que investigue la posible comisión de crímenes contra la humanidad.

Desde entonces han aumentado los llamamientos para la declaración de una zona de exclusión aérea sobre Libia, una medida que los diplomáticos en la ONU aseguran que aún no se contempla, pero que está a su disposición en caso de que la consideren necesaria.

"No descartamos nada. Seguimos el desarrollo de los acontecimientos y mantenemos las vías de comunicación con los otros miembros" del Consejo de Seguridad, indicó el embajador de Reino Unido, Mark Lyall Grant.

Por su parte, secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió en su discurso en la Asamblea de que las informaciones sobre combates, la represión y la incitación a la violencia por parte del Gobierno que llegan desde Libia son "muy preocupantes".

Además, resaltó que hay numerosos indicios de que se podría estar gestando una crisis de refugiados por la cantidad de personas que huyen a los países vecinos, al tiempo que se teme que miles de personas se encuentren atrapadas en el país sin poder escapar.

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