Este artículo se publicó hace 16 años.
La ONU pide que se trate de garantizar acceso a tratamientos contra el dolor
En el mundo hay millones de personas que padecen dolores agudos y crónicos, pese a que es "esencial y factible" que se trate de garantizar el acceso a analgésicos para paliar su sufrimiento.
Así lo aseguró la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), el órgano de Naciones Unidas con sede en Viena encargado de velar por el cumplimiento de los tratados internacionales contra las drogas.
En su informe sobre 2007 se indica que "preocupa gravemente" al organismo "los bajos niveles de consumo de analgésicos opioides para el tratamiento del dolor en muchos países, en particular en países en desarrollo".
A pesar de que el consumo de estos analgésicos para el tratamiento del dolor se multiplicó por dos en la última década, sólo se ha incrementado en los países de Norteamérica y Europa.
"En 2006, por ejemplo, las tasas de consumo de los países de esas dos regiones representaron en conjunto casi el 96 por ciento del consumo mundial de fentanilo, el 89 por ciento del consumo mundial de morfina y el 97 por ciento del consumo mundial de oxicodona", se lee en el documento.
De esta forma, el 80 por ciento de la población mundial que vive en los países en desarrollo consume sólo el 6 por ciento de la morfina mundial, según la JIFE.
La Junta insta "a utilizar de manera adecuada analgésicos opioides para el tratamiento del dolor y adoptar medidas con objeto de aumentar la disponibilidad de esos estupefacientes para fines médicos".
También indicó que no hay escasez de analgésicos opioides, pero que en algunos países su acceso seguía siendo difícil, lo que achacó a "la falta de conocimientos y aptitudes en materia de tratamiento del dolor, la actitud de la opinión pública, impedimentos reglamentarios y limitaciones económicas".
El presidente de la JIFE, el nigeriano Philip Emafo, apuntó en rueda de prensa que había también cuestiones culturales ya que en África "se supone que hay que sufrir. Evitar el dolor se asocia con la debilidad".
Pavel Pachta, del secretariado de la JIFE, comentó que las limitaciones eran también impuestas por impedimentos económicos y las escasas infraestructuras médicas.
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