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La oposición keniana desconvoca las manifestaciones para favorecer la mediación

EFE

La oposición de Kenia desconvocó hoy las manifestaciones pacíficas previstas para mañana como gesto de buena voluntad, a petición del ex secretario general de la ONU Kofi Annan, líder del equipo de mediadores encargados de acercar posturas entre la oposición y el gobierno de Kenia.

Annan, que llegó anoche a esta capital, tenía previsto iniciar hoy sus consultas al más alto nivel, pero no pudo entrevistarse con el presidente de Kenia, Mwai Kibaki, debido a la extensa reunión que el gobernante mantuvo con su homólogo de Uganda, Yoweri Museveni.

Annan sí pudo ver, en cambio, al jefe de filas del opositor Movimiento Democrático Naranja (ODM), Raila Odinga, primero, y a toda la cúpula del partido más tarde.

William Ruto, número tres del ODM, declaró que su partido había aceptado desmovilizar las marchas de protesta previstas para mañana "para no enturbiar las negociaciones, que se anuncian delicadas".

Según el ODM, se trata de "un primer compromiso por nuestra parte".

"Esperamos que Annan pueda ver mañana a Kibaki antes de encontrarnos de nuevo con él para intentar arreglar la profunda crisis que atraviesa el país", añadió Ruto.

Annan llegó a Nairobi para tomar el relevo de la gestión del presidente de turno de la Unión Africana y jefe de Estado de Ghana, John Kufuor, que visitó Nairobi entre el 8 y el 10 de enero sin lograr avances en su intento para reconciliar al Gobierno y a la oposición.

La crisis que atraviesa Kenia desde las elecciones del pasado 27 de diciembre han causado un millar de muertos, según cálculos de la oposición. Kibaki fue proclamado vencedor de los comicios, pero la oposición asegura que hubo fraude.

Mientras se llevan a cabo las gestiones de Annan, Nairobi volvió hoy a ser escenario de enfrentamientos entre partidarios del ODM y la policía, pero esta vez los disturbios tuvieron lugar durante las plegarias celebradas por las víctimas de las marchas callejeras.

Odinga y toda la cúpula del ODM acudieron al centro deportivo Ndogo, cerca de la barriada de Kibera, para ofrecer una misa en honor a los caídos. Más de 3.000 seguidores del ODM acudieron para dar un último adiós a los 28 cuerpos dispuestos en fila bajo una carpa en mitad del campo de fútbol.

Mientras Odinga se dirigía a la muchedumbre advirtiendo que su partido "no se rendirá y luchará hasta el final contra el gobierno", centenares de jóvenes afines al líder opositor cortaron el tráfico y apedrearon todos los coches cuyos ocupantes eran kikuyus, la etnia mayoritaria del país y a la que pertenece el presidente Kibaki.

Tres adolescentes fueron despojados de sus ropas y siete vehículos, entre ellos dos furgonetas que transportaban gente, fueron destrozadas a pedradas.

Minutos después aparecieron las fuerzas del orden que, a su vez, fueron recibidas con una lluvia de piedras pese a los intentos de algunos diputados del ODM por calmar a los luos (la etnia de Odinga) presentes en el lugar y furiosos contra la policía, a la que acusan de haber matado a más de 600 de los suyos.

Poco más tarde las fuerzas de seguridad optaron por cargar contra la muchedumbre lanzando numerosas granadas lacrimógenas incluso al interior del recinto.

Tanto Odinga como sus colegas de partido salieron de manera apresurada a bordo de sus coches mientras el resto huía por el lado opuesto.

Odinga y todos sus colegas de la ejecutiva del partido declararon que la policía tenía previsto reventar un acto solemne y pacífico. "Hemos comprobado una vez más cómo Kibaki desea abortar cualquier intento de solucionar este conflicto", dijo Ruto.

No hay constancia de que se hayan producido heridos pero la trifulca envenenó los ánimos entre los partidarios del ODM. Para Michael, joven luo, "no habrá paz hasta que Odinga sea presidente".

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