Este artículo se publicó hace 15 años.
La oposición logra un triunfo histórico en Japón
Por Linda Sieg y Chisa Fujioka
Los votantes japoneses dieron a la oposición una histórica victoria en las elecciones parlamentarias del domingo, acabando con el largo mandato del partido conservador, y entregándoles la tarea de recuperar la economía tras la peor recesión en 60 años.
El triunfo del Partido Democrático de Japón (PDJ) pone fin a 50 años de poder casi ininterrumpido del Partido Liberal Democrático (PLD) y a la paralización en el Parlamento, además de llevar al gobierno a una formación que ha prometido centrar sus políticas en los consumidores, recortar gastos innecesarios y reducir el poder de los burócratas.
"La gente está enfadada con la política y la coalición en el poder. Sentimos un gran deseo en la gente de que quiere cambios en sus vidas y luchamos en estas elecciones por un cambio en el gobierno", dijo en una rueda de prensa televisada el líder del Partido Democrático, Yukio Hatoyama.
Se espera que Hatoyama, el acomodado nieto de 62 años de un ex primer ministro, nombre el lunes un equipo de transición que prepare la toma de poder.
Según las proyecciones de los medios, el PDJ podría llegar a sacar dos tercios de los 480 escaños de la Cámara Baja, frente a los 115 que tenía. Esto estaría en línea con las encuestas durante la campaña, que pronosticaban una gran derrota para el primer ministro, Taro Aso, y el PLD.
Aso anunció que presentará su dimisión, asumiendo la responsabilidad por el resultado, y añadió que el PLD, que ha gobernado el país desde su fundación en 1955 salvo un periodo de 10 meses, debería elegir pronto a un nuevo líder.
DIMITE EL PRIMER MINISTRO
La victoria del PDJ acabaría con la asociación entre el PLD, las grandes empresas y los burócratas, que convirtió Japón en un gigante económico tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial, aunque la estrategia se hundió al romperse la "burbuja" económica a finales de los 80. Desde entonces, el crecimiento no ha logrado recuperarse completamente.
Además pondría fin además a un estancamiento político en el Parlamento. Desde 2007 ya controla con sus aliados la Cámara Alta, que aunque tiene menos competencias les ha permitido retrasar leyes importantes.
Pero el partido, que tiene 10 años y nunca ha gobernado, tendrá que actuar rápido si quiere mantener el apoyo de los votantes, preocupados por un desempleo en niveles récord y una sociedad que envejece rápidamente, lo que está provocando una escalada en los gastos sociales.
"Esto se trata del final del sistema político de la posguerra en Japón", dijo Gerry Curtis, experto sobre el país en la Universidad de Columbia.
"Es la única vez en la que otro partido que no sea el PLD ha obtenido una mayoría en la Cámara Baja de la Dieta (Parlamento). Supone el final de una larga era, y el principio de otra en la que hay mucha incertidumbre".
Según la agencia de noticias Jiji, el resultado del PLD sería el peor desde su fundación. Hace cuatro años arrasó gracias a las promesas de reformas de su carismático líder de entonces, Junichiro Koizumi, pero desde entonces se ha hundido por varios escándalos, cambios políticos poco claros y la incapacidad que se percibe para afrontar el problema del rápido envejecimiento de la población.
"El problema es cuánto podrán hacer los demócratas en los 100 primeros días", dijo Koichi Haji, economista del Instituto de Investigación NLI de Tokio. "Como las esperanzas de cambio son tan grandes, la decepción sería enorme si no obtuvieran resultados".
El PDJ quiere forjar una postura diplomática más independiente respecto a su aliado clave en seguridad, Estados Unidos, y mejorar las relaciones con Asia, frecuentemente tensas por los amargos recuerdos de la Segunda Guerra Mundial.
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