El gobernador del Banco de España ha echado un medio capote al Gobierno. Si hace poco sembraba dudas las previsiones del Gobierno, recomendando un Plan B para que el déficit no se disparase, hoy le ha ofrecido una de cal y otra de arena.

Miguel Ángel Fernández Ordóñez dice que las perspectivas de la economía española a medio plazo apuntan a una recuperación gradual, pero también asegura que seguiremos rodeados de incertidumbres que se irán despejando según se avance en las reformas estructurales. Adivino no es.

En su intervención en el acto de conmemoración de los 25 años de Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), el gobernador recordó que existe un amplio consenso en la necesidad de emprender reformas profundas, 'algunas de las cuales llevan largo tiempo aplazadas'.

'De ellas dependen la intensidad y sostenibilidad de la recuperación de nuestra economía y el bienestar de las futuras generaciones con las que tenemos un deber de solidaridad', añadió.

Según dijo, las políticas económicas deben orientarse a consolidar la mejoría de la situación, para que se puedan alcanzar unas tasas de crecimiento que permitan volver a crear empleo de forma sostenible.

'Es preciso que los ciudadanos entiendan la necesidad de las reformas y apoyen su ejecución' En su opinión, para acometer reformas de calado no sólo basta con identificar cuáles son las prioritarias, sino que 'es preciso que los ciudadanos 'entiendan su necesidad y apoyen su ejecución'.

En este sentido, señaló que el debate público sobre la economía tiende a caer en una 'excesiva simplificación o polarización', que a veces dificulta trasmitir 'opiniones matizadas' a los ciudadanos.

'Con frecuencia las reformas más deseables son difíciles de aceptar, porque el esfuerzo que imponen sobre determinados sectores o grupos de la población a corto plazo es más visible que sus beneficios para el conjunto de la sociedad en el medio y el largo plazo', afirmó.