Este artículo se publicó hace 15 años.
La organización del Tour espera descalabros con una ruta difícil
Alberto Contador deberá lidiar con adoquines traicioneros y el borrascoso viento del norte antes de hincar el diente a las etapas montañosas del Tour de Francia, según el recorrido de la carrera presentado el miércoles.
Pero el español, vencedor del Tour en 2007 y 2009 y probablemente el mejor escalador del mundo, deseará presionar a sus rivales en los Pirineos, que serán el plato fuerte de la mayor prueba ciclista por etapas en 2010.
Cuatro etapas, entre ellas la extenuante decimosexta jornada con cuatro cimas intimidantes, se disputarán en la cadena montañosa que separa Francia y España.
Cien años después de que aparecieran por primera vez en el mapa del Tour, los Pirineos podrían ser la escena de una batalla clásica entre Contador y el heptacampeón de la prueba, Lance Armstrong.
"La ruta es mejor que la del año pasado porque hay más montaña", dijo Contador a periodistas.
"La llegada en el Tourmalet es fantástica para mí", añadió, en referencia a la última etapa de montaña que concluye en el col del Tourmalet, de 2.115 metros.
"No es nuestro Tour tradicional", dijo a periodistas Armstrong, de 38 años, que finalizó tercero en la edición de este año.
"(Pero) nunca digo me gusta este Tour, no me gusta este Tour. Es el Tour".
"El mejor hombre siempre gana y siempre subes los Alpes y los Pirineos y siempre tienes exigentes contrarrelojes", indicó.
El objetivo de la ruta del próximo año es crear una carrera impredecible, dijo el director de la prueba, Christian Prudhomme, cuando presentó el recorrido.
"Va a ser una gran pelea", añadió. "Queríamos asegurarnos de que podría pasar de todo".
CORAZÓN DE CICLISMO
La carrera ciclista de tres semanas sobre 3.600 kilómetros comenzará con una prólogo de 8 kilómetros en Rotterdam, antes de dirigirse al corazón del ciclismo: Bélgica.
La primera etapa llevará a los corredores junto al mar del Norte, con tramos de 12 y 6 kilómetros por una carretera junto al mar, con vientos cruzados que probablemente dividirán al pelotón.
"Con estos dos tramos junto al mar, donde soplan fuertes vientos, podría haber problemas", dijo Prudhomme.
Esa etapa, que termina en Bruselas, pasará por Amberes y Meise, localidad natal del heptacampeón del Tour Eddy Merckx.
En la segunda etapa se rendirá homenaje a las clásicas, ya que los ciclistas atravesarán carreteras que a menudo forman parte del recorrido de la Lieja-Bastoña-Lieja.
Los corredores tendrán que extremar la precaución en la tercera jornada, con peligrosos adoquines que se recorren en la París-Roubaix, la reina de las clásicas.
"Habrá 11 kilómetros de adoquines en los últimos 30 kilómetros. Habrá algunos daños", dijo Prudhomme.
"Los adoquines quedan bien en televisión, pero no sobre la bicicleta", declaró Contador, que nunca ha participado en la Paris-Roubaix.
Armstrong, que tiene más experiencia en clásicas de un día, no debería sufrir demasiado, según su mentor, Johan Bruyneel, que va a abandonar el Astana para formar junto al texano un nuevo equipo, el RadioShack, la próxima temporada.
"(Armstrong) se siente bien en este tipo de etapas, para él no son un problema en absoluto", dijo el belga a periodistas.
Aunque las etapas alpinas no serán demasiado duras, una etapa por las montañas del Jura se prevé que sea engañosa, con 56 kilómetros de montañas sobre un recorrido de 120 km en la séptima jornada a la Station des Rousses.
"Esa podría causar un descalabro", dijo Prudhomme.
Los que sobrevivan a los Pirineos se encaminarán a Burdeos tras un día de descanso el 21 de julio antes de una contrarreloj final de 51 km en Pauillac a través de los viñedos de Burdeos.
La carrera finalizará en los Campos Elíseos el 25 de julio en París.
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