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Organizaciones de derechos humanos se impacientan con Obama por Guantánamo

EFE

Organizaciones de derechos humanos recordaron hoy el octavo año del penal de Guantánamo, que sigue abierto pese a la promesa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de cerrarlo.

Frente a la Casa Blanca un grupo de manifestantes pidió de nuevo clausurar el centro de detención, abierto el 11 de enero de 2002 con la llegada de 20 hombres.

"Mucha gente está muy desalentada. Había un montón de esperanza y de impulso, y parece que esta administración se ha visto atrapada muy rápidamente en consideraciones políticas", se quejó Joshua Brollier, quien vestía el mono rojo y la capucha negra, que se han convertido en el símbolo de los detenidos de Guantánamo.

Obama heredó en enero de 2009 una prisión con 242 presos y ha liberado o transferido a 44, pero no cumplirá su promesa de vaciarla en un año.

"Las organizaciones de derechos humanos tienen razón en estar enfadadas. La Casa Blanca ha hecho un trabajo muy malo en hacer realidad una de las prioridades del presidente", dijo Sarah Mendelson, una experta del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés).

El Gobierno primero sugirió liberar en territorio estadounidense a algunos detenidos que no consideraba peligrosos y que no podía repatriar a su país de origen porque allí podrían ser torturados.

No obstante, echó marcha atrás ante el rechazo de muchos legisladores, inclusive demócratas.

Sin estar dispuesto a poner en libertad a presos en su propio territorio, al Gobierno de Obama le ha resultado muy difícil convencer a sus aliados de que ellos sí lo hagan.

Europa ha aceptado hasta ahora a tan sólo nueve presos, entre ellos el bosnio-argelino Lakhdar Boumediene, que habló hoy por teléfono desde Francia durante una rueda de prensa.

"Me torturaron, créanme, me torturaron", afirmó. "Me decían: 'Estás en Guantánamo, no tienes abogado, eres un terrorista'. Por favor, presidente Obama, cierre Guantánamo", añadió Boumediene, contra el que Estados Unidos no presentó ningún cargo en los siete años que estuvo encarcelado.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, anunció hoy que el Gobierno está ultimando el traslado a España de dos prisioneros de la cárcel de Guantánamo, cuya nacionalidad no detalló, la mitad del número que estaba previsto inicialmente.

Amnistía Internacional pidió hoy que Europa acepte a más presos, en particular países que no han acogido a ninguno, como Alemania, Finlandia, Suecia y Luxemburgo.

Uno de los grandes problemas de Obama es qué hacer con los 90 yemeníes que están en las celdas de Guantánamo, según cálculos del Centro de Derechos Constitucionales, cuyos abogados representan a muchos de los reclusos.

El Gobierno suspendió la repatriación de yemeníes tras el atentado fallido contra un avión el día de Navidad, supuestamente obra de un hombre entrenado en Yemen.

Las organizaciones de derechos humanos se han quejado de que la medida penaliza a esos presos no por algo que ellos hayan hecho, sino simplemente por su nacionalidad.

La experta del CSIS dijo que una posibilidad que se sopesa es enviar a los yemeníes a un centro de rehabilitación para extremistas financiado con ayuda externa y localizado en su país de origen u otro vecino.

Mientras, el Gobierno también estudia internar a algunos de los detenidos de forma indefinida en la cárcel de Thomson, en el estado de Illinois, una idea que ha horrorizado a las organizaciones de derechos humanos.

Llevarlos a esa prisión "no supondría ningún cambio en relación a la falta de respeto del estado de derecho. Sería tan sólo un cambio de aires", dijo Vincent Warren, director ejecutivo del Centro de Derechos Constitucionales (CCR).

Según los expertos, la detención de personas sin cargos en Estados Unidos provocaría en un alud de recursos legales contra el Gobierno que alegarán la violación de la Constitución.

En el otro extremo del debate está la derecha, que no quiere oír ni hablar de traer a nadie de Guantánamo a territorio estadounidense. El partido republicano considera "peligrosa" incluso su reclusión indefinida en Thomson.

Su solución es mantenerlos tras las rejas en Guantánamo por tanto tiempo como el presidente de Estados Unidos desee.

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