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Óscar se queda sin ayuda

Trágico final. Los equipos de rescate dan por conluida definitivamente la búsqueda del español atrapado en el Latok II. El mal tiempo, la dificultad de la vía y las pocas esperanzas de encontrarlo con vida, decisivas

NOELIA ROMÁN

Al final, el tiempo, el mal tiempo, resultó definitivo. La lluvia, traicionera como la montaña, comenzó a arreciar ayer, dos días antes de lo que habían anunciado las previsiones, sobre el Latok II, y las últimas esperanzas de recuperar de sus entrañas a Óscar Pérez se desvanecieron. El equipo de rescate que se afanaba en la búsqueda del alpinista español, atrapado allí desde el pasado día 6, tiró la toalla.

Bajó los brazos exhausto, tras acometer con enormes dificultades la labor prevista para la jornada de ayer, y después de que los tres grupos de trabajo que lo conforman llegaran a la desoladora conclusión de que ya nada se podía hacer para intentar rescatar a Óscar Pérez, de 33 años, con vida.

'Por común acuerdo de los grupos de trabajo del operativo de rescate de Óscar Pérez hemos decidido suspender las actividades de rescate ante el adelanto del mal tiempo que impide continuar con esta labor, las dificultades técnicas de la ruta, las pocas probabilidades de encontrar a Óscar con vida y sobre todo, por el riesgo para la seguridad de los porteadores', rezaba el comunicado emitido en la tarde de ayer por la Peña Guara, el club del montañero aragonés que, desde Huesca, coordinaba el rescate junto al Campo Base y al grupo de trabajo de Skardú.

Hacía apenas una hora que, desde Pakistán, Jordi Tosas y Álvaro Novellón, compañero de cordada de Óscar Pérez, habían certificado lo que ya temieron por la mañana: imposible continuar. A duras penas, habían tendido unos 800 metros de cuerda para acercarse al espolón donde se encontraba el alpinista aragonés.

Sebastián Álvaro, el creador de Al filo de lo imposible (TVE) que ayudaba desde Skardú, y Jordi Corominas, al frente del Campo Base, así lo certificaron. Y a la familia de Óscar Pérez, que, alertada, se trasladó a la sede de la Peña Guara para tener contacto telefónico con Pakistán, no le quedó más remedio que asumir lo que todos estos días se había resistido a pensar: que su hijo ya no regresará.

'Aunque ya se les había preparado y eran conscientes de dónde se había metido Óscar, ese momento ha sido muy duro', señaló a este diario Alfonso Uriel, uno de los colaboradores de la Peña Guara. La embajada española en Islamabad fue informada de la decisión acto seguido. Había colaborado logísticamente en el rescate, tras la mediación del propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Empeñarse en el rescate, aseguran desde la peña, habría puesto en riesgo la vida de las 21 personas que trabajaban en la búsqueda del alpinista aragonés. La lluvia, nieve en las cotas más altas del Latok II, había comenzado a arreciar en el Campo Base; las previsiones meteorológicas la anunciaban para tres o cuatro días más; y la dificultad de la vía para llegar hasta Óscar era tanta que cualquier intento de proseguir, dicen, estaba condenado al fracaso.

'Con buen tiempo, habrían necesitado tres días más para llegar al punto previsto', aseguró Alfonso Uriel. 'Tras la lluvia', prosiguió Manolo Bara, presidente de la Peña Guara, 'tendríamos que haber esperado cuatro o cinco días más para que se limpiara la nieve y se secara la roca para escalar'.

En definitiva, más de una semana que, sumada a los diez días que Óscar Pérez ya llevaba atrapado, inmovilizado en la caída, se rompió una mano y una pierna, con víveres y gas para derretir la nieve e hidratarse limitados, y a temperaturas bajo cero hacían inviable todo intento. 'Esto ya es imposible', constató el presidente de la Peña Guara. 'El tiempo nos ha echado del Himalaya'.

Allí, sin embargo, continúan aún los montañeros españoles que han participado en el rescate y el resto del equipo, compuesto por alpinistas estadounidenses, italianos y sherpas locales. Ellos son ahora la principal preocupación de la Peña Guara, toda vez que lo que suceda a partir de ahora con Óscar es decisión de la familia.

'Intentaremos que salgan del Campo Base a Skarda en helicóptero', anunció Alfonso Uriel. Si no, tendrán que caminar dos días hasta Askole; emplear siete horas para llegar a Skardú, en todoterreno; y hacer 700 kilómetros más para llegar a Islamabad. Eso, mientras el Himalaya paquistaní se vacía, porque el tiempo no hace concesiones con nadie.

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