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El pacto en pensiones pende de un año cotizado

El Gobierno está a un paso de cerrar un acuerdo condicionado por los años trabajados que se exigirán para jubilarse a los 65 años. La reforma prioriza la vida laboral a la biológica

BELÉN CARREÑO

Una fina línea separa el éxito del fracaso en el pacto social. Por tercera vez en la legislatura, el Ejecutivo está a un paso de firmar un acuerdo con los agentes sociales pero, a diferencia de lo que sucedió en las dos ocasiones anteriores, las partes involucradas, Gobierno, patronal y sindicatos, reconocen que, al cierre de esta edición, tocan con las yemas de los dedos el pacto.

Según el portavoz de CCOO, Fernando Lezcano, sólo el número de años cotizados exigibles para jubilarse a los 65 marca la distancia entre el acuerdo y la 'confrontación' definitiva. El 'dígito', para este sindicato, tiene que estar por debajo de los 40 años. En los últimos días, había circulado oficiosamente la posibilidad de que el Ejecutivo rebajara sus pretensiones a 39 años, algo que confirmó el propio presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, al asegurar que la oferta estaría cerca de los cuarenta años.

Habrá que tener menos de 40 años cotizados para tener la pensión completa

Sin embargo, fuentes sindicales habían apuntado en las últimas horas a que tampoco 39 años sería una opción asumible, fijando implícitamente el límite en 38 años. Con todo, ayer incluso esta línea roja se difuminaba ante los imparables avances del acuerdo. Fuentes conocedoras de la negociación aseguran que el auténtico anatema de los sindicatos ha sido el de calificar los 67 años como 'edad legal de jubilación'.

'Mientras el Gobierno asuma no darle esta calificación, y que la jubilación pivote en torno a los años que se han trabajado y no a la edad biológica, la posibilidad de negociación sigue abierta', apuntan estas fuentes. 'Estamos trabajando para ver los distintos escenarios de jubilación posibles con sus correspondientes periodos de cotización para tener derecho al 100% de la pensión', explicó Lezcano. También la ampliación de los plazos para culminar la reforma (la propuesta inicial fija que el nuevo modelo esté plenamente en vigor en 2027) es otro elemento determinante.

Desde CCOO se muestran taxativos con que es el Ejecutivo el que debe mover ficha antes del viernes para alcazar un acuerdo. Fuentes internas de UGT son también de la opinión de que la pelota está sobre el tejado del Ejecutivo y es él quien debe dar el salto.

También se negocia que la reforma se implante más allá de 2027

Con todo, el secretario de Acción Sindical de UGT (y segundo en la jerarquía del sindicato), Toni Ferrer, reconoce que hay 'dificultades' muy grandes en los últimos coletazos de la negociación, pero también que se han puesto 'las condiciones' para cimentar un acuerdo. Ambas centrales entienden que aunque el viernes el Consejo de Ministros presente el anteproyecto de ley para la reforma de las pensiones, esto no significa que finalice la negociación.

A estas alturas, tanto el Gobierno como los sindicatos se conforman con llegar el viernes con un principio de acuerdo en los ejes básicos de la reforma para continuar limando los matices durante el trámite parlamentario. Además, UGT y CCOO llevarán la decisión que se tome a sus respectivos órganos ejecutivos, que se reunirán el próximo 1 de febrero. CCOO advierte de que, en caso de que no hubiera acuerdo para entonces, se decidirá la 'estrategia de confrontación' a seguir.

Anoche la negociación seguía abierta y, como ha sido habitual durante todo el proceso, estaba en el aire la posibilidad de convocar otra reunión nocturna en la que no se descartaba la presencia del propio presidente del Gobierno. Zapatero participó en la última reunión al máximo nivel que finalizó en la madrugada del martes. Fuentes gubernamentales apuntan a que su implicación en la reforma es decisiva y que será crucial en las próximas horas. Por su parte, CCOO cree que hasta ahora la participación del presidente ha sido 'infructuosa', por lo que le animan a tomar cartas en el asunto.

El propio presidente reconoció ayer que dentro del pacto está 'todo difícil'. Esta dificultad tuvo su revulsivo en la votación del dictamen del Pacto de Toledo el martes en el Congreso. Con el respaldo de PNV y CiU, el Gobierno dice que el nuevo texto avala su reforma, al permitir 'modificar' de forma progresiva la edad de retiro. En el mismo sentido, CCOO se siente satisfecha porque el texto que salió del Congreso incide en que no afectará a todo el mundo por igual.

De forma paralela a estas negociaciones discurre también la reforma de la negociación colectiva entre patronal y sindicatos. El Ejecutivo está permaneciendo al margen de estas conversaciones y fuentes gubernamentales aseguran que favorecerá una reforma en la que se conserve la ultraactividad; esto es, que los convenios que no se renueven conserven las últimas condiciones negociadas.

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