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El padre de Hannibal Lecter no quiere que Hollywood lo devore

Reuters

Una gran superproducción le dio fama y dinero, pero Jonathan Demme, presidente del jurado de la Sección Oficial este año en el Festival de San Sebastián, duda mucho de que quiera volver a repetir una experiencia como la de "El silencio de los corderos", pese a que se saldó con la obtención de cinco Oscar.

El director estadounidense, cuya última película -"Rachel getting married"- se proyecta en la sección Zabaltegi-Perlas de la cita donostiarra, reconoce que rodar en Hollywood genera mucho estrés y "acorta la vida".

"Quizás me despierte mañana queriendo hacer una película de Hollywood, pero lo dudo mucho", dijo Demme el jueves en rueda de prensa en San Sebastián.

"No disfruto del viaje empresarial, corporativo. Hay demasiadas personas a las que se paga (...) va en contra de todo lo que me gusta", añadió.

El realizador de "Algo salvaje" (1986) o "Philadelphia" (1993) ha vuelto la mirada en los últimos años hacia el documental, terreno en el que se siente tan cómodo y liberado que dice que ya no busca leer guiones convencionales, y que hizo una excepción con el de "Rachel getting married" porque se lo pidió el director Sidney Lumet, padre de la guionista.

Esta vez, el director que dio al actor Anthony Hopkins uno de sus papeles más memorables, el del caníbal Hannibal Lecter en "El silencio de los corderos" (1991), buscó la lana para tejer la historia de Jenny Lumet en los pastos nórdicos, pues el espíritu que anima el filme no es otro que el del movimiento Dogma que teorizaron un grupo de cineastas daneses con Lars Von Trier a la cabeza.

En virtud de los principios que enuncia el Dogma, "Rachel getting married" se caracteriza por la austera producción y el espartano uso de la luz, el sonido, el vestuario y otros de los muchos medios que solían derrochar anteriores producciones de Demme "made in Hollywood".

"Siento que esta película tiene algo especial que ofrecer al público, es entretenida de una manera muy fresca y creo que funcionará muy bien en taquilla", dijo Demme sobre la cinta, que se estrenará en octubre tras haber optado a concurso en el festival de Venecia.

Para el cineasta, volcado ahora en un documental sobre el músico Bob Marley tras haber rodado en 2006 otro sobre Neil Young, los cantantes son los mejores actores, puesto que "están acostumbrados a interpretar emocionalmente".

Sobre su papel como presidente del jurado en San Sebastián, Demme se mostró encantado con la capital guipuzcoana y con la posibilidad de ver en tan corto espacio de tiempo las 16 películas que optan a la Concha de Oro, aunque tiene claro que ya tiene una favorita.

"La gran presión de formar parte de un jurado es que te enamoras de una película y quieres que la que te gusta a tí sea la honrada", concluyó Demme.

/Por Inmaculada Sanz/

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