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Un palacio onírico francés rinde homenaje a su construcción gemela mexicana

EFE

El Palais Idéal du Facteur Cheval, una construcción onírica erigida por un cartero a principios del siglo XX en un pueblo del sureste de Francia, homenajeará el próximo 14 de junio al inglés Sir Edward James, autor de una obra similar en el municipio mexicano de Las Pozas, informaron hoy los organizadores.

La Oficina de Turismo de Hauterives, donde se encuentra el peculiar monumento, organizará junto al Instituto de México de París una velada con "perfume de México" titulada "Primera Noche del Cartero Cheval".

En el espectáculo -que incluirá proyecciones, visitas al palacio y efectos de iluminación- participarán Ysabel Galán, directora del Museo Francisco Cossío de San Luis de Potosí, en el centro de México, y el conjunto "El Mariachi Anahuac", entre otros.

El aristócrata británico Sir Edward James (1907-1984), mecenas de reputados artistas, en 1945 quedó fascinado por una zona de cascadas rica en fauna y flora en el pueblo prehispánico de Xilitla, en el centro de México, donde creó un jardín surrealista con esculturas fantasmagóricas, escaleras retorcidas y sinuosas estructuras de piedra.

La obra de James mantienen un cierto parecido ético y estético con el Palais Idéal de Ferdinand Cheval (1836-1924), que desde 1994 es propiedad del ayuntamiento de Hauterives y que a partir de ahora celebrará cada año una velada dedicada a alguien que tenga relación con la creación del cartero francés.

Cheval era un cartero que en abril de 1879, mientras caminaba para repartir el correo, tropezó con una piedra, lo que marcó el inicio de su actividad artística.

El cartero se dio cuenta de que la piedra que había causado su traspiés estaba erosionada por el efecto del agua, lo que a su juicio le otorgaba una belleza especial.

Empezó entonces a buscar y coleccionar piedras similares y, utilizando cal, terminó por dedicar 33 años de su vida para construir un palacio de ornamentación recargada y psicodélica que actualmente visitan 140.000 personas cada año, y con el que deseaba simbolizar "la paz entre los pueblos", explicó Mari Carmen Charignon, de la Oficina de Turismo de Hauterives.

Como un faraón, el cartero quiso que le enterrasen en el interior de su obra, plagada de referencias religiosas escritas con faltas de ortografía -provenía de una familia de campesinos sin estudios-, pero las autoridades locales le obligaron a fijar su residencia póstuma en el cementerio del pueblo, explicó Charignon.

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