Este artículo se publicó hace 13 años.
Pánico bursátil por miedo a otra debacle financiera
La quiebra griega podría llevarse por delante a bancos de todo el mundo
El anuncio por sorpresa de un referéndum en Grecia se tradujo rápidamente en los mercados a números. Una negativa de los helenos a aplicar el plan de rescate diseñado por Europa podría llevar a más de un banco a la quiebra. La perspectiva de que eso pueda ocurrir y genere una nueva debacle del sistema financiero global desató una huida de capitales a los refugios tradicionales: bonos alemanes y americanos, y dólares, con la consiguiente desastre de las bolsas.
El mayor castigo fue para la Bolsa griega. Su principal índice, el ASE 20, sufrió la mayor caída del año, al perder un 8,14%. Italia le siguió con un descenso cercano al 7%. En Francia y Alemania, las caídas superaron el 5%, mientras que la Bolsa española aguantó algo mejor y el retroceso del Ibex 35 se frenó en 4,19%.
A la cabeza de todas esas caídas estuvieron los valores bancarios, especialmente los franceses e italianos. Los primeros, por su alta exposición a la deuda griega, y los segundos, por la debilidad política que acecha al país y que le ha puesto en el punto de mira de los especuladores, aunque el primer ministro, Silvio Berlusconi, volvió a prometer ayer aplicar las reformas exigidas por Europa. Así, Société Générale encabezó las pérdidas del mercado europeo al dejarse más de un 16,23% de su valor, seguido del italiano Intesa Sanpaolo, que perdió un 15,80%.
"El acuerdo diseñado por Europa había conseguido controlar el impacto de la crisis de Grecia en los balances bancarios. Si eso no se aplica, la banca estará obligada a contabilizar una pérdida del 100% en la deuda griega y las necesidades de recapitalización serán mucho mayores. Muchos bancos no lo podrán aguantar", advierte Paulo Rosario, trader en la mesa de Londres de IGMarkets.
El susto griego llegó ayer justo cuando los mercados estaban tratando de digerir la quiebra de la firma estadounidense de derivados MF Global, la primera víctima del contagio de la crisis europea al otro lado del Atlántico. "Tras anunciar un descuento del 50% ya hemos visto una quiebra, si Grecia definitivamente no paga y las pérdidas son del 100%, podemos ver quebrar a otros muchos a ambos lados del Atlántico", explica Rosario.
El temor a una quiebra desató un huida de capitales hacia los bonos alemanes y americanos
Para evitar quedarse atrapados en cualquiera de esos posibles afectados, el dinero huyó espantado en busca de refugio. La demanda de bonos alemanes y estadounidenses hizo bajar el tipo de interés de ambos por debajo 2%, cerca de los mínimos que estos activos marcaron el pasado mes de agosto después de que EEUU perdiera la máxima calificación de su deuda por parte de la agencia de rating Standard & Poor's.
Este movimiento repercutió especialmente en los diferenciales de la deuda española e italiana que se dispararon haciendo saltar las alarmas especialmente en el caso italiano.
El diferencial del bono del país transalpino a diez años respecto al alemán se disparó hasta los 442 puntos (el nivel más alto de su historia), y el tipo de interés rondó el 6,2%. Esto a pesar de que el Banco Central Europeo se volcó ayer en ayudar a Italia con una potente compra de bonos de país transalpino y también españoles, según comentaron los operadores del mercado de renta fija. Es cierto que parte de la escalada del diferencial se debió a la caída en el precio de los bonos alemanes, pero aún así preocupa mucho porque Italia está entrando en el delicado terreno de los rescates. Los bonos irlandeses e italianos aguantaron poco tiempo por encima del 6% antes de tener que solicitar el rescate de la Unión Europea, ante la imposibilidad de financiarse en los mercados. "Este nivel es crítico, ya que, si los diferenciales se mantienen por encima de los 450 puntos durante algunos días, los intermediarios del mercado de bonos deberán exigir más garantías a los actuales propietarios y, si estos no las tienen, se verán obligados a vender y se disparará aún más el diferencial", explican los expertos de Capital Bolsa.
La intervención del BCE sí consiguió contener la subida del tipo de interés de los bonos españoles en el 5,5%, aunque el diferencial se disparó hasta 375 puntos, por la bajada del tipo alemán.
El euro es otro de los damnificados. En los dos últimos días ha perdido más de un 2% y retrocede hasta los 1,37 dólares.
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