Benedicto XVI viaja mañana a Camerún y Angola, en el que será el primer viaje a África de su Pontificado, preocupado por el hambre, las enfermedades y la violencia y durante el cual pedirá "reconciliación y justicia" para los pueblos africanos.

"Con esta visita pretendo abrazar idealmente a todo el continente africano, sus miles de diferencias y su profunda alma religiosa, sus antiguas culturas y su fatigoso camino de desarrollo y de reconciliación, sus graves problemas, sus dolorosas heridas y su enorme potencialidad y esperanza", afirmó hoy durante el Ángelus.

El Papa Ratzinger, de 81 años, señaló que pretende confirmar en la fe a los católicos, animar a los cristianos en el compromiso ecuménico y llevar a todos el anuncio de paz confiado por Cristo a Iglesia.

Benedicto XVI agregó que parte para África "sabiendo que no tiene otra cosa que proponer y entregar" a los que encuentre que es "nada menos" que Cristo y la Buena Nueva, "que vence toda resistencia humana y hace posible el perdón y el amor para los enemigos".

El Pontífice subrayó que la Iglesia no persigue objetivos económicos, sociales y políticos, sino que anuncia a Cristo segura de que el Evangelio puede tocar los corazones de todos y transformarlos, "renovando desde el interior a la persona y a la sociedad".

Benedicto XVI ha puesto bajo la protección de San José, cuya festividad se celebra el 19 de este mes, el viaje y a las poblaciones de toda África, "con los desafíos que la marcan y las esperanzas que la animan".

"Pienso en las víctimas del hambre, de las enfermedades, las injusticias, los conflictos fratricidas y de todas las formas de violencia que por desgracia siguen golpeando a los adultos y niños, así como a los misioneros, los sacerdotes, religiosos y religiosas y voluntarios", agregó el Pontífice.

El viaje será del 17 al 23 de marzo y el objetivo es entregar en Yaundé, la capital de Camerún, a las Conferencias Episcopales de África el "Instrumentum laboris" (documento de preparación) del II Sínodo para África que se celebrará en octubre de 2009 en el Vaticano.

La visita, según ha afirmado el nuncio en Camerún, Eliseo Antonio Ariotti, se relaciona con la realizada en 1995 por Juan Pablo II, que presentó allí la exhortación apostólica (documento con el que se cierra un sínodo de obispos) "Ecclesia in África", tras el primer sínodo para el continente africano celebrado en 1994.

La elección de nuevo de Yaundé, según Ariotti, se explica por el hecho de que Camerún es un país que se encuentran en el centro del continente y es una África en miniatura, con numerosas etnias.

Este segundo Sínodo se celebra 15 años después del primero, en un momento de gran vitalidad y dinamismo de la evangelización africana, afirmó el arzobispo Nikola Eterovic, secretario general del Sínodo.

Desde Camerún el Papa se trasladará a Angola para conmemorar en Luanda el 500 aniversario de la evangelización de ese país.

Los católicos han aumentado en África en los últimos años un 3,1 por ciento y, según datos del Vaticano, en 2050 tres naciones africanas estarán entre los diez países católicos más grandes del mundo: República Democrática del Congo (97 millones de católicos), Uganda (56 millones) y Nigeria (47 millones).

De todas formas, según precisaron analistas vaticanos, el Papa viaja a un continente donde uno de cada tres africanos es musulmán, donde los cultos animistas tradicionales siguen bien asentados y donde están penetrando con fuerzas las sectas evangélicas procedentes de América, especialmente en Angola, llegadas desde Brasil.

El Papa también se encontrará con una Iglesia que, gracias a la "inculturación", -usar elementos de las culturas indígenas para anunciar el Evangelio- ha crecido, pero que ve con preocupación como debido a esa mezcla entre cultos animistas, santos y espíritus, alguno sacerdotes e incluso obispos (Emmanuel Milingo) acaban saliéndose de la normativa católica.

Benedicto XVI también viaja a un continente donde el sida afecta a millones de personas y la mayor parte de la población vive bajo el umbral de la pobreza.