Este artículo se publicó hace 17 años.
El Papa dice que idolatrar la felicidad aleja de "la alegría de Jesús"
Benedicto XVI dijo hoy que idolatrar la felicidad hace "realmente difícil" encontrar la alegría de la que habla Jesús, "la cual entra en el corazón de quien se pone al servicio de los pequeños, de los pobres".
En el tradicional rezo del Ángelus, el Papa indicó también que en Navidad "se puede equivocar el camino, confundir la auténtica fiesta con la que no abre el corazón a la alegría de Cristo".
La alegría, explicó, "entra en el corazón de quien se pone al servicio de los pequeños, de los pobres. En quien ama así, Dios toma morada, y el alma está en la alegría".
Pero, si por el contrario, se idolatra la felicidad "se equivoca el camino y es realmente difícil encontrar la alegría de la que habla Jesús".
Benedicto XVI señaló que "desgraciadamente, esta es la propuesta de las culturas que colocan la felicidad individual al puesto de Dios".
Esta mentalidad "encuentra su efecto emblemático en la búsqueda del placer a todo coste, en la difusión del uso de drogas como huida, como refugio en paraísos artificiales, que se revelan después totalmente ilusorios".
El Papa, al hablar de la auténtica alegría evangélica, recordó a la beata Teresa de Calcula, quien vivía cada día en contacto con la miseria, con la muerte, cuya alma "conoció la prueba de la noche oscura de la fe" y, sin embargo, "dio a todos la sonrisa de Dios".
En el tradicional saludo en lengua española, el Papa alentó "a vivir con alegría la cercanía del Señor" que viene al encuentro de los fieles, para que "llenos de esperanza y confianza en su amor", prosigan la preparación espiritual para la Navidad, meditando la Palabra divina e intensificando la oración y las obras de caridad.
Tras el rezo del Ángelus, Benedicto XVI bendijo las figuritas de niño Jesús que se colocarán en los nacimientos y que hasta la plaza de San Pedro llevaron numerosos niños, a los que deseó, como a sus familias, "con gran afecto" una buena Navidad.
Benedicto XVI realizó, por otra parte, una visita pastoral a la nueva parroquia de Santa María del Rosario en un barrio de Roma donde presidió una misa.
En la homilía, el Papa señaló que también hoy, como en el tiempo de los mártires, "aunque de forma diversa, el mensaje salvador de Cristo viene obstaculizado" y los cristianos están llamados "a ofrecer al mundo el testimonio de la Verdad del Único que salva y redime".
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