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El Papa "peregrino" obtendrá la gloria tras acceder al paraíso de la catedral

EFE

El Papa Benedicto XVI visitará Compostela el próximo 6 de noviembre como "peregrino de la fe", y como tal entrará en la catedral por la plaza del "Paraíso", renombrada de la Inmaculada, por donde volverá a salir tras culminar su trayecto en el pórtico de la Gloria.

El prefecto de ceremonias de la catedral de Santiago, Juan Filgueiras, ha sido el encargado de diseñar el recorrido del pontífice por el templo y, en una entrevista con Efe, destacó que dado que la voluntad de Ratzinger era visitar Compostela como "peregrino", seguirá las mismas tradiciones que los caminantes a su llegada a la catedral.

Por ello, accederá al templo desde la "plaza del Paraíso", renombrada plaza de la Inmaculada en 1854 -cuando se declaró este dogma-, porque representaba la llegada de los peregrinos que normalmente recorrían el Camino francés.

Una vez allí, a las 13:00 horas, el Papa entrará a la catedral por la puerta de Azabachería, que lleva ese nombre porque en las tiendas cercanas, alquiladas por la catedral, se pulía, y todavía se hace hoy, el azabache, utilizado por los joyeros como característica especial de Santiago.

Miembros del Cabildo Catedralicio esperarán a Ratzinger en esa puerta, desde donde acudirá a la capilla de la Comunión, del siglo XVIII, edificada por el arzobispo Rajoy, el mismo que encargó el palacio que lleva su nombre -hoy sede del Ayuntamiento y del Gobierno gallego-, y que antiguamente era la casa del Cabildo para confesores, niños de coro, canónigos o beneficiados, explicó.

Tras rezar en la capilla, donde está expuesto el Santísimo, el Papa visitará el pórtico de la Gloria, construido en el siglo XII por el maestro Mateo y "lo mejor de la catedral", subrayó Filgueiras, quien recordó que el 21 de abril del próximo año se celebrará el 800 aniversario de la consagración del templo.

El maestro Mateo se representó en sí mismo en el pórtico de la Gloria, en el que es popularmente conocido como "el santo dos croques", figura con la que, de rodillas, quería mostrar su petición de perdón al Señor por la obra que había hecho.

La costumbre lleva sobre todo a los estudiantes, muchos de arquitectura, a tocar con la frente en esta imagen para pedir inteligencia al maestro.

"Es una obra teológica extraordinaria", indicó el prefecto de ceremonias al recordar su significado y visión apocalíptica con tres partes dedicadas a la creación, a la apoteosis de Jesucristo rodeado de los signos de la pasión y a la representación del Antiguo Testamento, así como al juicio final.

El pórtico de la Gloria, por donde los peregrinos abandonaban la catedral, representa la culminación del Camino una vez que se atravesaba la puerta del Paraíso pues, al verla, implicaba el final del trayecto.

Seguidamente, Benedicto XVI saldrá a la puerta del Obradoiro, que da a la plaza del mismo nombre, para saludar al público congregado allí, y volverá a entrar por ella, momento en el que recibirá indicaciones acerca del pórtico de la Gloria mientras suenan las chirimías y el himno medieval del canto de los peregrinos.

El recorrido lo llevará a subir hasta el presbiterio por la nave central para después salir por la Puerta Real, denominada así porque por ella entraban los reyes antiguamente y se identifica con los escudos de los reyes de España, y atravesará la plaza de la Quintana al tiempo que saludará a los fieles.

La plaza de la Quintana está dividida en dos partes: La Quintana de vivos, donde se reunía la gente para los grandes acontecimientos, y la Quintana de muertos, donde se supone que hay un cementerio que conecta con el que está debajo de la basílica.

Como todos los peregrinos, el Papa entrará a continuación por la Puerta Santa, que no es necesario atravesar para ganar el Jubileo, subrayó el prefecto de ceremonias de la catedral, pero es la significativa porque simboliza la apertura y el cierre del Año Santo.

Una vez dentro del templo, Benedicto XVI bajará a la cripta a rezar ante los restos del Apóstol y después subirá a darle un abrazo a su imagen, gesto que es parte de la tradición.

Instantes después, el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, saludará y pronunciará unas palabras y el Papa responderá, y tras esto funcionará el botafumeiro, que contiene el incienso que representa el tributo a Dios y que antiguamente funcionaba como brasero y para dar buen olor ante las dificultades de higiene de los peregrinos que dormían allí.

Al terminar, Ratzinger saldrá de la catedral por la puerta del Paraíso o de Azabachería y, a las 13:45 horas se dirigirá al palacio Arzobispal para comer y descansar, antes de oficiar la Eucaristía con motivo del Año Santo a las 16:30 horas en un inmenso altar elevado en la plaza del Obradoiro, denominada así porque era donde los canteros labraban la piedra en la construcción de la catedral.

No obstante, el Papa "quería que la misa fuera dentro de la catedral", agregó el prefecto de ceremonias, quien reconoció también que se planteó la posibilidad de celebrarla en el Monte do Gozo, por tratarse de un espacio más amplio, una opción que se descartó por el temor a la lluvia, pues el Obradoiro es un lugar "más protegido".

"El interés del Papa era tener al Apóstol y la catedral delante" y le hubiera gustado celebrar la misa dentro del templo porque, dijo, "no quería espectáculo", pero la "grandiosidad" del evento hacía imposible acoger a tanta gente, pues tan sólo se podría acomodar a 800 personas en su interior, frente a las siete mil que podrán asistir a la Eucaristía en la plaza del Obradoiro.

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